YAHOO, La pandemia de Covid-19 dejó un claro ganador entre los medios de pago y es la tarjeta de débito. En el primer trimestre de este año su participación creció en 8 puntos porcentuales y pasó a representar un 46,06% del total de transacciones, contra el 38,62% de enero, febrero y marzo de 2020, por la reticencia a usar efectivo, el crecimiento del e-commerce y la bancarización de parte de la sociedad mediante el IFE y el ATP.
Por otro lado, el uso de tarjetas de crédito siguió cayendo y representó un 51,06% del total, pero parece haber alcanzado un punto de equilibrio.
“En el primer trimestre se aceleró el aumento del uso de la tarjeta de débito y la tarjeta de crédito se estabilizó. La irrupción de la pandemia catapultó el uso de la tarjeta de débito, que creció 33% en la comparación anual (por transacciones), ganándole espacio al efectivo”, comentó Julián Ballarino, gerente de Relaciones Institucionales de Prisma Medios de Pago.
Por su parte, Ignacio Carballo, director del Ecosistema Fintech en la Universidad Católica Argentina, consideró que este crecimiento del uso del débito va a subsistir luego de la pandemia por “las personas que se acostumbraron a comprar con débito vía e-commerce, el boom de las plataformas de delivery y los jubilados que ahora pagan servicios a través de internet”.
“A esto hay que agregarle el boom de las billeteras virtuales y la bancarización sin precedentes mediante el IFE y el ATP, porque todos esos procesos vinieron con una tarjeta de débito. Esto impulsó sin dudas el consumo y marcó que el piso fuera más alto”, agregó.
Por otro lado, el director de EPyCA Consultores, Martín Kalos, dijo que la tarjeta de débito ganó posiciones por el auge del comercio electrónico y los medios electrónicos de pago, y eso ya no va a volver atrás. “Vamos a seguir teniendo un parte cada vez más importante del comercio a través del comercio electrónico y pagos a través de medios electrónicos de pago incluso en locales físicos. Eso, que ya era una tendencia previo a la pandemia, se acelera y va a seguir creciendo, aunque no probablemente al ritmo del último año”, anticipó.
Con respecto a la estabilización del uso de la tarjeta de crédito, ambos economistas sostuvieron que es una buena noticia. “Una economía sin crédito no es un mal negocio para las marcas de tarjetas, no es una mala noticia para los bancos emisores, no es una mala noticia para todos los que sostienen esa infraestructura. Sin dudas, no es buena noticia, pero principalmente es una mala noticia para la economía, porque una economía sin crédito y sin crédito al consumo básicamente perjudica al empresario mipyme, al comerciante. Esto quiere decir que, por detrás de la caída en el consumo con tarjeta de crédito, hay sin duda una caída en el ticket promedio consumido, porque el crédito al final del día sirve para eso, para que la persona pueda comprar hoy lo que no podría comprar con pago inmediato”, opinó Carballo.
Por su parte, Kalos sostuvo que “la tarjeta de crédito termina siendo para una gran cantidad de hogares en la Argentina el acceso más rápido para financiar su consumo y seguramente, en muchos sentidos, el más barato”. “Uno de los problemas que venía teniendo el sistema financiero es que no había incentivos para que los bancos ofrecieran más tarjetas de crédito como en otras épocas, por la competencia con los planes Ahora. Entonces, que se estabilice y que pueda haber una leve recuperación –que hay que ver si se confirma en el tiempo en la cantidad de tarjetas de crédito activas y en el uso de la tarjeta de crédito– va a ser una buena noticia para esta capacidad de recupero del consumo que la Argentina necesita tener en los próximos tiempos”, explicó.
Por último, las tarjetas prepagas representaron en el primer trimestre del año un 2,88% del total de transacciones, casi sin variaciones frente a igual período de 2020.