FFNK anunció el pasado 30 de abril en su web el envío de 500.000 panfletos, 500 libretos y 5.000 billetes de 1 dólar a Corea del Norte usando una decena globos.
Estos globos, llenos de hidrógeno o helio, son soltados cerca de la frontera para que el viento los arrastre al Norte, donde deben reventar y esparcir todo el material (impreso en polietileno en el caso de los panfletos) que denuncia los crímenes de la familia Kim.
Los billetes de un dólar son en teoría un reclamo para que los norcoreanos lean los textos que acompañan a los billetes.
Si se confirma lo dicho por FFNK, se trataría del primer colectivo que desafía la nueva ley que entró en vigor en marzo y que castiga estas actividades con una multa de hasta 30 millones de wones (unos 27.000 dólares) o una pena de hasta 3 años de prisión.
La ley, criticada por este y otros grupos, se aprobó por iniciativa del Gobierno liberal del presidente Moon Jae-in después de que Pionyang volara por los aires el año pasado la oficina de enlace intercoreana en su territorio en aparente protesta por estos envíos.
Mientras que aquellos críticos con la norma consideran que viola la libertad de expresión y que se ha cedido a presiones de un régimen dictatorial como el norcoreano, el Ejecutivo defiende que busca proteger a residentes en las zonas fronterizas, ya que en el pasado Pionyang llegó a responder con disparos a estas sueltas de globos.
El pasado domingo, dos días después de que FFNK anunciara la supuesta suelta de globos, Kim Yo-jong, la hermana del líder Kim Jong-un, tildó en un comunicado la acción de “seria provocación” y advirtió a Seúl de que el régimen está estudiando una “acción proporcional”.