EFE.-Biorrobots’ que emulan la flexibilidad de las plantas, el movimiento de los gusanos o el agarre de los pulpos, o robots comestibles que medican o examinan a los pacientes desde el interior del organismo son algunas de las soluciones que ofrece la robótica blanda, la revolución que ha llegado para quedarse.
La robótica blanda se inspira en los seres vivos para afrontar retos y solucionar problemas y lo hace combinando la robótica tradicional con el uso de materiales flexibles e inteligentes que se adaptan al entorno con mucha eficiencia