Aristide arribará al país en un complejo momento político tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse y cuando varias fuerzas nacionales pujan por acceder al poder, al esgrimir que el mandato del primer ministro Claude Joseph es ilegítimo.
Horas después del magnicidio Joseph invocó la Constitución y se autoproclamó presidente en funciones.
Sin embargo, el neurocirujano Ariel Henry, designado dos días antes del homicidio, pero sin ser investido, descartó la legalidad de este pronunciamiento y aseguró poder constituir un gabinete.
Henry recibe el apoyo de una coalición de partidos, entre ellos el gobernante Tet Kale, que hace unos días firmo un acuerdo para proclamar al presidente del Senado Joseph Lambert, como mandatario provisional.
En esta propuesta gobierno Lambert fungiría como presidente y Henry de primer ministro por un periodo mínimo de seis meses, para organizar elecciones.
Otros grupos políticos y organizaciones sociales apuestan por la jueza Wendell Coq, a quien Moïse destituyó del Tribunal de Casación, para remplazar a Claude Joseph.
Varias plataformas abogan por un verdadero acuerdo nacional que permita la conformación de un gobierno de consenso para impedir que las fuerzas de extrema derecha ocupen el poder.
También alertan sobre la constante injerencia de Estados Unidos y la comunidad internacional en el futuro político del país.