BBC Mundo.-Las prisas del gobierno de Biden en la retirada de Afganistán han ido acompañadas de críticas al presidente de Estados Unidos por una decisión que muchos ven como innecesaria y como una traición para los que sirvieron en Afganistán y para el propio pueblo afgano.
No obstante, la decisión de sacar las tropas estadounidenses del país se considera un golpe terrible para la credibilidad de Estados Unidos, para su fiabilidad como socio y, de hecho, para su posición moral en los asuntos mundiales.
¿Cómo encaja esto con el mantra de Biden al asumir el cargo de que Estados Unidos estaba de regreso?
Se están haciendo comparaciones con Vietnam: las similitudes con los helicópteros sacando a ciudadanos estadounidenses de una ciudad caída son demasiadas como para que las portadas de los periódicos no hagan la comparación.
Pero en realidad, a pesar de las similitudes superficiales, también hay algunas diferencias importantes.
Vietnam del Sur colapsó unos dos años después de la partida de las tropas estadounidenses. Y en el caso de Afganistán, parece que los estadounidenses esperaban que sus aliados afganos siguieran adelante sin ellos durante un período significativo.Estados Unidos se sintió humillado en Vietnam: su población estaba profundamente dividida y su moral militar dañada.
Pero aunque Vietnam resultó ser un trágico espectáculo paralelo a la Guerra Fría, Estados Unidos finalmente salió victorioso en cierta manera.
La OTAN no se debilitó. Los aliados de Estados Unidos en todo el mundo pudieron seguir contando con el apoyo de la gran potencia. La primera economía del mundo siguió siendo una superpotencia preeminente.
Afganistán es completamente diferente.
Las divisiones internas en Estados Unidos sobre este conflicto no han sido de ninguna manera comparables a las de Vietnam.
La misión de Afganistán fue ciertamente impopular en casa, pero no hubo manifestaciones masivas en su contra.
Sin embargo, lo que es crucial es que el contexto internacional actual es dramáticamente diferente al de la década de 1970.