La confirmación ocurrió seis meses después que el presidente Joe Biden lo nominó para el cargo, lo que muestra el bloqueo de la oposición republicana en la aprobación de puestos diplomáticos de la administración demócrata como parte de su estrategia de entorpecer las labores de la Casa Blanca.
El escenario que enfrentara el diplomático es complicado atendiendo a los esfuerzos de varios estados latinoamericanos y caribeños de eliminar a la OEA porque, según afirman, no representa los intereses de la región y si la política de dominación de Washington con un resurgimiento de la doctrina Monroe.
Durante las deliberaciones algunos senadores, entre ellos el presidente del Comité de Relaciones Exteriores de esa cámara, el demócrata Robert Menéndez, afirmaron que existen retos para ‘la seguridad regional’ del país.
Esas encomiendas fueron identificadas en la situación en Haití, devastado por un terremoto y el reciente magnicidio de Jovenel Moïse, Nicaragua, Cuba y Venezuela, procesos políticos que Washington aspira descarrilar con sus políticas de ‘golpes blandos’.
Otro tema escabroso para Nichols será el migratorio y un creciente flujo de personas hacia las fronteras estadounidenses causadas, entre otras, por la política desigual y de escarnio de Washington hacia la región.
El nuevo subsecretario habla fluidamente español y anteriormente estuvo en Perú (1989), donde además se desempeño como embajador de 2014 a 2017, fue segundo de misión en la embajada en Colombia entre 2007 y 2010, consejero político adjunto en México (1998-2001), y funcionario político en El Salvador (1991-1993).
Nichols, de 56 años, se desempeñó además como embajador en Zimbabwe en su carrera diplomática de más de tres décadas.
Destaca que en Colombia supervisó la entrega de más de 500 millones estadounidenses como parte del denominado Plan Colombia, un instrumento que creó las bases para la política agresiva contra Venezuela y la expansión de Washington hacia la Amazonia.
En julio de este año, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso sustituir a la OEA con un organismo que no sea ‘lacayo de nadie’, en advierta referencia a Estados Unidos. En ese escenario me moverá Nichols.