En una misiva dirigida al ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rockefeller Vincent, la APPE reveló que desde el 5 de julio la terminal de Martissant está cerrada ‘cuando unos gánsteres dispararon contra el barco de propano mientras descargaba su carga’.
Por su parte, la de Varreux es inaccesible desde el 1 de septiembre ‘porque los mafiosos bloquean el acceso por carretera’, y Thor se queda repetidamente sin existencias, al ser la única capaz de distribuir los carburantes.
‘Las empresas petroleras trabajan en condiciones de seguridad muy deficientes y están al límite de lo que pueden hacer para garantizar la seguridad de su personal, de sus instalaciones y para seguir abasteciendo a sus clientes y permitir así el funcionamiento de la economía del país’, explicaron en la carta.
El documento fue enviado también al primer ministro Ariel Henry, las carteras de Hacienda y Comercio, así como a la Autoridad Nacional de Regulación del Sector de la Energía.
El clima de inseguridad impactó de igual manera a la estatal Electricidad de Haití que se disculpó con sus clientes por la falta de generación provocada por las dificultades para abastecer de combustible a sus centrales en Puerto Príncipe y otros departamentos.
Una fuente gubernamental que pidió no ser identificada dijo al diario Le Nouvelliste que la situación actual es muy complicada, con entidades como la Aduana sin funcionar pues sus oficinas se encuentran en territorio de pandillas, lo cual priva al Estado de recursos, señaló.
De acuerdo con el rotativo, el primer ministro ordenó al director general del Policía, Léon Charles, encontrar una solución a esta situación lo antes posible.
