Para el funcionamiento de la democracia debe existir un Estado de derecho real y una ciudadanía que en todos sus roles respete las leyes y se comprometa con valores como la honestidad, opinó y aseguró que le ‘preocupa el rumbo que lleva el país y los ciudadanos tenemos que despertar’, señaló la fuente.
Icaza, junto a otros líderes del empresariado local y sectores del poder económico realizaron en las últimas semanas varias protestas, que iniciaron a mediados de septiembre con una de las mayores manifestaciones callejeras de la nación en la última década, según observadores.
Las convocatorias, donde evitan que se enarbolen banderas de los partidos políticos, son ejecutadas por integrantes de la ‘Cruzada Civilista’, un movimiento que renace tras enfrentarse al general Manuel Antonio Noriega y las Fuerzas de Defensa, y pedir la invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989.
Las nuevas convocatorias hechas por los ya envejecidos líderes del movimiento, quienes son parte de gremios empresariales y familias más acomodadas de la nación, inundó la Plaza 5 de Mayo de la capital, frente al Parlamento, con lemas y pancartas contra los poderes legislativo y ejecutivo.
Así lo percibieron varios analistas y luchadores sociales, quienes bautizaron la acción como Cruzada Civilista 2.0, mientras mostraron en redes los rostros de algunos de los participantes que son figuras conocidas de la política y el poder económico tradicionales, quienes reclaman ‘democracia’ y ‘justicia social’.
‘áBasta ya!’ fue el principal lema enarbolado por la marea blanca (color puesto de moda por la Cruzada), en tanto algunos de sus líderes de opinión agitaban desde las redes y medios de prensa, como la periodista Flor Mizrachi, quien elogió que asistieran los ‘yeyés’ (burgueses).
‘Eso demuestra que hasta los que lo tienen todo están preocupados’, escribió en Twitter y con una velada amenaza reafirmó el carácter de la convocatoria: ‘En la protesta estuvo la Cámara de Comercio en pleno. ¿Los demás están vendidos al gobierno o qué?’
Mientras, el sociólogo y luchador social Mario De León, al explicar la composición social de la protesta, dijo que los sectores populares ‘no tienen vela en ese entierro’, porque ‘es una lucha de carroñeros’.