INFOBAE.-De acuerdo con la ciencia y los distintos estudios que se han realizado sobre el espacio, el Big Bang (teoría de creación del universo) se habría dado hace unos 13.700 millones de años justo en medio de una gran explosión que inició el cambio material del Universo, con sus estrellas y galaxias tal y como lo conocemos hoy en día.
Sin embargo, así como hubo un inicio lo más seguro es que también haya un final, al menos para el planeta Tierra y el sistema solar tal como se conoce hoy. Cabe recordar que dicho sistema consta de ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, así como algunos planetoides como Plutón y otros astros que giran alrededor de una misma estrella: el Sol.
Pero ¿qué pasará cuando el Sol consuma por completo su suministro de helio y se contraiga a una enana blanca? Aunque en la mayoría de los casos los astrónomos aseguran que, primero la expansión y transformación a una gigante roja, y luego la contracción sobre su propia gravedad hasta quedar convertida en una enana blanca hacen que una estrella destruya todo a su alrededor, lo cierto es que un descubrimiento reciente se puede considerar como una grata excepción.
Con ayuda del telescopio Keck II ubicado en el observatorio WM Keck en Hawái, un grupo de científicos pudo observar una anomalía de esta situación en la que un planeta un 40 % más grande que Júpiter se encontraba orbitando una enana blanca tenue, la cual solo cuenta con el 60 % del tamaño del Sol. Según explica la investigación, el descubrimiento se hizo con ayuda de una técnica denominada microlente gravitacional en la que se usa la luz refractada del objeto (el planeta en este caso) en una estrella más cercana para observar lo que sucede en dicho sujeto aún sin necesidad de verlo directamente. Ahora bien, también se hace importante que tanto el objeto como la estrella estén alineados con la Tierra para lograr la observación deseada.
¿Por qué representa una emulación del sistema solar?
Lo importante de esta investigación no es el solo hecho de que el planeta encontrado es similar a Júpiter en tamaño, sino que tiene una órbita parecida a la del quinto planeta del sistema solar. Esto hace pensar que lo ocurrido a 6.500 años luz podría ser una visión de lo que ocurrirá cuando el Sol se convierta en enana blanca en aproximadamente 5 mil millones de años.
No obstante, el hecho de que sea una visión no quiere decir que la misma sea necesariamente “positiva” para el futuro de la Tierra. De acuerdo con los investigadores, cuando una enana amarilla como lo es el Sol se convierte en gigante roja infortunadamente los planetas internos quedan incinerados. Así es, tanto Mercurio como Venus, Marte y por supuesto la Tierra desaparecerán. Eso es lo que muestra la enana blanca descubierta y el planeta que orbita alrededor de ella, teniendo en cuenta que parece ser el más cercano a la estrella aún con la órbita de Júpiter.
“El futuro de la Tierra puede no ser tan optimista porque está mucho más cerca del Sol, explicó David Bennet, coautor de la investigación.
Asimismo, añadió que en caso de que “la humanidad quisiera trasladarse a una luna de Júpiter o Saturno antes de que el Sol friera la Tierra durante su rojo fase supergigante, todavía permaneceríamos en órbita alrededor del Sol, aunque no podríamos depender del calor del Sol como una enana blanca por mucho tiempo”.