Infobae.- El llamado ‘turismo espacial’ ya es una realidad, o al menos los primeros pasos para establecer esta idea como tal. Solo hace algunos meses, Jeff Bezos, fundador de Amazon, voló al espacio con su compañía Blue Origin, después de que Richard Branson hiciera lo propio con Virgin Galactic.
En ambas ocasiones, los hombres que hacen parte de la lista de los seres humanos con más dinero del mundo, disfrutaron de varios minutos en la órbita terrestre baja (LEO, por sus siglas en inglés) mientras marcaban un hito en la historia de la humanidad al convertirse en los primeros multimillonarios en ver la Tierra desde el espacio.
Sin embargo, tal como dijo Neil Armstrong al pisar la Luna en 1969: “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”, y en el caso de las experiencias espaciales de Bezos y Branson, sus viajes solo son el inicio de algo más grande que el ex CEO de Amazon, por su parte, ya tiene en mente.
En las últimas horas, Blue Origin anunció que junto con socios de importancia como Sierra Space y la misma NASA, están planeando la construcción de Orbital Reef, una estación que se convertiría en el “primer parque empresarial” en el espacio.
“Diseñado para abrir múltiples mercados nuevos en el espacio, Orbital Reef brindará a cualquiera la oportunidad de establecer su propia dirección en órbita. Este destino único ofrecerá servicios de investigación, industria y negocios internacionales, mientras que a los clientes comerciales se les ofrecerá los servicios integrales competitivos que necesitan, incluido el transporte espacial y logística, habitación espacial, alojamiento de equipos y operaciones”, explicó la compañía espacial por medio de un comunicado de prensa.
Asimismo, Blue Origin informó que la idea es que la estación esté lista para su uso antes de finalizar la segunda mitad de esta década, es decir, antes de 2030. Para entonces, el parque empresarial contará con capacidad para albergar a un máximo de diez personas que podrán llevar una vida “normal” en el espacio con sitios específicos para su tiempo de trabajo, descanso y ocio. Es decir, no será una estación común y corriente, teniendo en cuenta que también se construirá pensando en la presencia de turistas dentro de la misma.
“Ampliaremos el acceso, reduciremos el costo, y proporcionaremos todos los servicios y comodidades necesarios para normalizar los vuelos espaciales. Un ecosistema empresarial vibrante crecerá en la órbita terrestre baja, generando nuevos descubrimientos, nuevos productos, nuevos entretenimientos y conciencia global”, indicó Brent Sherwood, vicepresidente senior de Programas de Desarrollo Avanzado para Blue Origin.
Por su parte, John Mulholland, vicepresidente de Boeing y gerente de programa para la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), manifestó que este nueva idea es algo “emocionante para nosotros porque este proyecto no duplica la ISS inmensamente exitosa y duradera, sino que va un paso más allá para cumplir una posición única en la órbita terrestre baja donde puede servir a una matriz diversa de empresas y albergar tripulaciones no especializadas”.
En este sentido, la compañía aseguró que aunque se trata de una estación espacial, la misma representará una experiencia totalmente diferente a las registradas previamente ya que se podría considerar como el inicio de una “vivienda espacial” en la que se trasladarán algunas de las profesiones y labores más importantes de la Tierra a un ambiente totalmente distinto como lo es el espacio exterior.
“Orbital Reef funcionará como un “parque empresarial de uso mixto” en el espacio con una infraestructura compartida de manera eficiente que apoya las necesidades de propiedad de diversos inquilinos y visitantes. Cuenta con un espacio centrado en el ser humano con una arquitectura con servicios y comodidades de clase mundial que es inspiradora, práctica y segura”, añade Blue Origin.