YAHOO.-Llegó octubre y el mundo se tiñó de rosa. El color emblemático que identifica a la concientización acerca de la detección temprana del cáncer de mama invadió la calle, las paredes de los consultorios y las publicidades. Una de sus razones es muy poderosa: el cáncer de mama es la enfermedad oncológica más frecuente.
Por eso, contar con información actualizada difundida por los más avanzados profesionales del área es clave para anticipar la enfermedad, tratarla y curarla. Access Medical Systems provee equipos médicos de alta tecnología en Argentina para ayudar a diagnosticar precozmente esta patología. El Dr. Daniel Lehrer, Director Médico del Centro de Estudios Radiológicos Integrales Mamarios (CERIM), comparte la experiencia de la institución en el uso de esta tecnología para el diagnóstico y sus recomendaciones para el control preventivo.
La tecnología más avanzada
Lehrer explica que, actualmente, la mamografía es el único estudio que demostró una disminución de la mortalidad por cáncer de mama en un 40% de quienes realizaron sus estudios regularmente respecto a quienes no los hicieron. Por eso, desde su creación, la aparatología ha avanzado mucho. La mamografía tradicional o 2D permite visualizar solamente aquellas áreas que no manifiestan superposiciones de tejido.
“La tomosíntesis o mamografía 3D es la última tecnología desarrollada, que evita la superposición de tejido mamario, lo cual facilita e incrementa la detección de carcinomas hasta un 40% respecto de la tecnología clásica o 2D y evita las confusiones (detectar una lesión donde no la hay)”, explica Lehrer.
Además, la tomosíntesis permite reducir significativamente la radiación, lo cual no es menor, considerando el número de mamografías que cada mujer se realizará a lo largo de su vida.
“Este equipamiento también permite realizar mamografías con inyección de contraste iodado, que ha demostrado en estudios de investigación tener sensibilidad comparable con la resonancia magnética (el método más sensible, que detecta la mayor cantidad de carcinomas). En nuestro país, existen varios centros diagnósticos que estamos haciendo nuestra experiencia inicial con esta tecnología, que parece muy promisoria”, cuenta.
Los controles salvan vidas
Según explica el Dr. Lehrer, la aparatología de última generación incluye modificaciones en el compresor, que presenta una forma curva, más anatómica o ergonómica, algo que reduce las molestias a la hora de hacerse el estudio. Respecto a la frecuencia de los controles, el Dr. Lehrer recomienda:
– Mujeres con riesgo normal (sin antecedentes familiares): una mamografía anual a partir de los 40 años.
– Mujeres con riesgo intermedio: incluye las pacientes con mamas densas (heterogéneamente densas o extremadamente densas). Se benefician con la realización de mamografía 2D o tomosíntesis 3D más ultrasonido que permite detectar un 50% de cánceres adicionales.
Mujeres con riesgo elevado: con antecedentes personales o familiares de primer grado (madre, hermana o hija) de cáncer de mama u ovario detectado antes de los 50 años, quienes hayan recibido tratamiento con radioterapia en el tórax a temprana edad y quienes tuvieron biopsias con lesiones con atipia. Quienes sean parte de este grupo se benefician comenzando los estudios mamográficos entre los 30 y 35 años, junto con una resonancia magnética, también en forma anual.
“Debemos hacer lo mejor que podamos para concientizar a las mujeres, que son nuestras madres, esposas, hijas, compañeras y amigas: ¡la detección temprana hace la diferencia, salva vidas!”, resume el especialista.
