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La NASA ya tiene lista la tripulación para el viaje simulado a una luna de Marte

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Cuatro personas permanecerán durante casi un mes en un hábitat que simulará un viaje a Fobos

Infobae.- “¡Marte está llamando! La NASA está buscando candidatos para participar como miembros de la tripulación durante la primera misión analógica de un año en un hábitat para simular la vida en un mundo distante, que comenzará en el otoño de 2022″, explicó la NASA por medio de un comunicado a inicios de agosto de este año.

De acuerdo con la información de esta entidad, este proyecto hace parte de una serie de misiones denominada como Crew Health and Performance Exploration Analog, en la cual se realizarán “tres simulaciones de la superficie de Marte de un año basadas en el Centro Espacial Johnson de la NASA”.

Pues bien, antes de que se realice la misión de un año se desarrollará primero otro simulacro que tendrá una duración de 45 días en los que los astronautas seleccionados vivirán dentro de un “hábitat terrestre único en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. Diseñado para servir como un análogo para el aislamiento, el confinamiento y las condiciones remotas en escenarios de exploración, este pequeño hábitat se llama Análogo de Investigación de Exploración Humana, o HERA”.

Sin embargo, además del tiempo de permanencia que mantendrán los participantes dentro del hábitat, HERA se diferencia de la misión de un año por el lugar que se simulará que aunque es cercano a Marte no hace parte del territorio marciano como tal.

“HERA albergará a miembros de la tripulación que simularán el largo viaje a la luna Fobos de Marte. Al igual que en otras misiones de HERA, una vez que se cierren las puertas del hábitat, la tripulación deberá permanecer adentro durante 45 días hasta que la misión finalice el 15 de noviembre”, especificó la NASA.

¿Quiénes serán los participantes?

Para este proyecto se seleccionaron cuatro personas que buscarán experimentar de primera mano, qué es tener un acercamiento con un astro cercano al planeta rojo.

Lauren Cornell

Esta doctora de la Universidad de Texas A&M es especialista en genética e ingeniería biomédica. Actualmente, se desempeña al interior de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la investigación, desarrollo y evaluación “de tecnologías innovadoras que impactan el avance de la medicina de precisión, regenerativa y de diagnóstico para mejorar los resultados clínicos de tropas”.

Monique Garcia

Garcia es ingeniera de factores humanos y administradora de sistemas encargada de “desarrollar una interfaz de usuario para un sistema de telescopio que se utilizará en la Red de Espacio Profundo de la NASA”. Además cuenta con más de 12 años de experiencia en la milicia estadounidense bajo las banderas de la Guardia Nacional Aérea.

Christopher Roberts

Este ingeniero de proyectos es el encargado de “la integración de extremo a extremo y las operaciones en órbita para una flota de hardware tanto en la Estación Espacial Internacional como en las misiones de vehículos visitantes”.

 Roberts cuenta con una maestría en ingeniería física y lejos de su profesión también se ha mostrado como un ciclista amateur y amante de la restauración de motos antiguas.

Madelyne Willis

Considerada como la más aventurera del equipo, Willis es una ecologista microbiana con experiencia de campo en varias misiones desarrolladas en sitios de gran impacto ambiental y climático como el Ártico y la Antártida.

“Su investigación principal se centra en la ecología polar, comprender cómo los microorganismos sobreviven en ambientes congelados y cómo la actividad microbiana puede alterar la geoquímica del hielo glaciar”, indica la NASA.

¿Qué se quiere con esta simulación?

Aunque se podría pensar que el objetivo principal de esta misión es conocer la forma en que un ser humano debe desenvolverse en medio del satélite de Marte, lo cierto es que la intención que predomina en esta fase del proyecto es saber cómo las cuatro personas que conforman la tripulación de viaje deberán comunicarse con el mando de control en la Tierra.

“A medida que el viaje simulado acerca a los miembros de la tripulación a Fobos, los que están dentro experimentarán retrasos cada vez mayores en la comunicación con el mundo exterior. Cuando la simulación lleve con éxito a la tripulación a Fobos, este retraso durará hasta cinco minutos en cada sentido.

 Tales retrasos obligarán a la tripulación, y a quienes coordinan su viaje, a practicar la comunicación de manera que minimicen los impactos en las operaciones de la misión y permitan a la tripulación suficiente autonomía para cumplir la misión”, añade la Agencia Espacial estadounidense.

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