INFOBAE.-Una decena de mujeres se manifestaron este martes en Kabul para denunciar el “silencio” de la comunidad internacional por la “situación política, social y económica” de Afganistán, mientras los talibanes impidieron que los medios se acercaran a la protesta.
“¿Por qué el mundo nos mira morir en silencio?” o “Derecho a la educación y al trabajo” figuraban entre los lemas en las pancartas que espolearon las manifestantes, que se presentaron como miembros del “movimiento espontáneo de mujeres militantes en Afganistán.”
“Cada día la pobreza hace estragos, nuestros hijos mueren, los hombres no tienen trabajo, se suicidan y el mundo se calla”, clamó Husna Saddat, una de las participantes.
“¿Por qué y hasta cuándo tendremos que permanecer prisioneras en casa? ¿Por qué nadie nos oye? ¿Por qué las mujeres ya no tienen derecho a participar en nuestra sociedad?”, prosiguió Saddat.
“Pedimos al secretario general de las Naciones Unidos que apoye nuestros derechos, a la educación, al trabajo (…) Hoy estamos privadas de todo”, declaró a la AFP Wahida Amiri, una de las organizadoras.
Aunque estas manifestaciones están prohibidas por los talibanes y han sido violentamente reprimidas desde su llegada al gobierno, Amiri se apresuró a añadir que no tienen nada contra los nuevos gobernantes: “Sólo nos queremos manifestar pacíficamente”.
La protesta, inicialmente estaba prevista para celebrarse cerca de la misión de la ONU en Afganistán (Unama), pero se desplazó en el último momento a la entrada de la antigua “zona verde”, donde se encuentran los edificios evacuados por varias embajadas tras la toma de poder de los talibanes en agosto.
Los hombres armados talibanes en la entrada de la zona ultrasegura inicialmente pidieron a los manifestantes y a la prensa que se alejaran.
Un reportero de la AFP luego vio un refuerzo de una docena de guardias talibanes, la mayoría armados, que rechazaban a los periodistas y confiscaban el teléfono móvil de un reportero local que estaba filmando la protesta.
Las manifestaciones simbólicas de mujeres se han convertido en algo habitual en Kabul en las últimas semanas, ya que los talibanes todavía no les han permitido volver al trabajo o han permitido que la mayoría de las niñas vayan a la escuela.
El jueves pasado, a unas 20 mujeres se les permitió marchar durante más de 90 minutos, pero varios periodistas extranjeros y locales que cubrían la manifestación fueron golpeados por combatientes talibanes.