Además de su influencia en la correlación de fuerzas, el resultado de Virginia, donde el demócrata Terry McAuliffe, exgobernador local, trata de batir al republicano Glenn Youngkin, es visto por los expertos como un indicativo del rumbo pueden seguir ambos partidos en las elecciones de mitad de período de 2022 y en las de 2024.
Según las últimas encuestas los aspirantes a la butaca del estado se encuentran en una carrera muy cerrada, y el sitio especializado FiveThirtyEight informó que el sabado Youngkin estaba un pelo por delante de McAuliffe, algo que confirmó el promedio de encuestas de RealClearPolitics que colocó al republicano por delante.
El aspirante demócrata hace algunos meses llevaba una ventaja de más de 10 unidades pero, al parecer, la caída en la aprobación del trabajo del presidente Joe Biden a nivel nacional está influyendo en la percepción de un gobierno de esa tendencia.
El domingo, McAuliffe argumentó durante una comparecencia en el programa «Meet the Press» de la NBC que los votantes de Virginia no le preguntan sobre la situación legislativa en Washington, sino que quieren saber su opinión sobre las respuestas a la pandemia.
«COVID está en su mente. La economía está en su mente», dijo, señalando lo que, según él, fueron sus logros en materia de creación de empleo e ingresos para los virginianos durante su pasado mandato como gobernador.
El diario The Wall Street Journal calificó de reñida la carrera por la gobernación, lo que pone a prueba las estrategias de los partidos, y es algo que puede influir en el voto para las elecciones de medio término de 2022.
Por otra parte, y también como barómetro de lo que pasará en un futuro cercano en las urnas del país, el gobernador Phil Murphy (D) lidera la contienda de Nueva Jersey
Lo que suceda en ambos estados del este es importante para los demócratas pero también lo es lo que ocurra en el Congreso, donde está en juego la agenda de Biden en el voto de dos iniciativas de ley, infraestructura y reconciliación.
Si los demócratas no superan sus contradicciones, los votantes podrían dar la espalda al partido si se aprueba el reducido plan Build Back Better, que no incluye una prioridad clave pregonada por los liberales, la ampliación de los permisos familiares y médicos remunerados, entre otras podas de gastos sociales, valoró el diario The Hill.
Este hecho podría repercutir el año que viene, ya que los demócratas son los que menos posibilidades tienen de conservar la Cámara de Representantes y están abocados a una lucha por mantener la mayoría en el Senado.
Otra preocupación de los demócratas es que la posible aprobación del gigantesco paquete de gasto social -que se redujo de seis billones de dólares a 3,5 billones de dólares y a 1,75 billones de dólares- no motive suficientemente a la base liberal del partido de cara a las elecciones de mitad de mandato.
Los liberales argumentan que el paquete final no hará lo suficiente para llevar a los votantes de esa tendencia a las urnas después de que las principales prioridades fueran eliminadas del proyecto de ley.