INFOBAE.– El universo Disney no requiere de mucha presentación, desde su creación, en 1923, todo lo que toca es oro: sus parques, sus personajes, sus películas y cada una de sus unidades de negocios.
La empresa californiana que comenzó con un ratón animado, se convirtió en un imperio financiero sin techo y en el gigante de entretenimientos número uno del mundo.
Y lejos de apagarse con los años, su llama está más viva que nunca gracias a su poder de reinvención: el lanzamiento de su propia plataforma de streaming y la reapertura de sus parques temáticos tras la pandemia de coronavirus.
Así fue como durante el el primer semestre de su año fiscal (no coincide con el calendario natural), la empresa ganó 1.574 millones de dólares (1.497 millones de euros), un 71 % más interanual.
La facturación semestral ascendió a 41.068 millones de dólares, un 29% más respecto al mismo tramo del ejercicio anterior, de los cuales unos 28.200 millones correspondieron a su negocio mediático y el resto a sus parques y productos, según un comunicado que lanzó la compañía.
En el trimestre más reciente -de febrero a mayo-, ganó un 48% menos, hasta 470 millones de dólares (448 millones, en euros), y sus ingresos crecieron un 23%, hasta 19.249 millones (18.346, en euros), pese a que perdió 1.000 millones por la suspensión de las “licencias para contenidos de cine y televisión” que ofrecía anteriormente y que formaba parte también, de la identidad de la marca.