(BBC Mundo).-El próximo presidente de Colombia, según todas las estimaciones, se va a definir por pocos votos.
En la primera vuelta del 29 de mayo, el izquierdista senador y exalcalde de Bogotá Gustavo Petro obtuvo 8,5 millones de votos y Rodolfo Hernández, empresario y exalcalde de Bucaramanga, casi 6 millones.
La diferencia parece grande, pero la mayoría de las encuestas para la segunda vuelta muestran un empate técnico.
Y eso es porque Hernández, un outsider que sacudió la campaña con un lenguaje directo de antipolítica y anticorrupción, probablemente reciba la mayoría de los votos de centro y derecha que no eligieron a ninguno de ellos dos en primera vuelta. Esto gracias a que muchos temen un gobierno de izquierda en lo que algunos llamaron la «Petrofobia».
Los candidatos, pues, están cerca. Y en una elección tan cerrada, cada voto cuenta.
«Cuando lo más probable es que la elección se defina por una diferencia de 100.000 votos en un mar de 22 millones, no hay lugar ni segmento que los candidatos puedan desestimar», dice el encuestador César Caballero.
Qué están haciendo los candidatos
Una vez definidos los contendientes para la segunda vuelta, tanto Petro como Hernández recalibraron sus estrategias.
Tras años de antagonizar al sistema político, y ante la emergencia de Hernández, Petro ahora se presenta como el candidato del cambio institucional y moderado.
El candidato cambió el discurso de plaza pública por encuentros más pequeños con poblaciones específicas, como mineros y mujeres, por ejemplo.
Este miércoles durmió en un barrio popular de Quibdó, una ciudad emblemática del Pacífico. Y la candidata a vicepresidente Francia Márquez está haciendo giras por esas regiones, así como por la zona cafetera.
El objetivo es claro: intentar aumentar su votación en zonas donde ya ganan, como el Pacífico y el Caribe, para lograr los 11 millones de votos que garantizarían la victoria.
Hernández, por su parte, se ha dedicado a tejer alianzas políticas con sectores políticos que perdieron en primera vuelta y que, más allá de sus diferencias con el ingeniero, temen un gobierno de Petro, que busca ser el primer presidente de izquierda del país.
Este jueves, Hernández anunció que se abstendrá de eventos públicos por motivos de seguridad, una denuncia que ya antes había hecho también su contrincante. E insiste en que no participará en debates con Petro.
La estrategia parece ser la misma que le sirvió hasta ahora: promocionar su candidatura en redes sociales, evitar discusiones de proyectos políticos concretos y apoyarse en los miles de jóvenes que reparten volantes y convencen gente en las calles de todo el país.
Ambas campañas saben que será una segunda vuelta reñida y que ganarán evitando errores, conteniendo los ataques del otro y, sobre todo, sumando votos en determinadas regiones y poblaciones.