Santo Domingo, RD. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) informó este miércoles que en los primeros nueve meses del año las remesas recibidas lograron una cifra de US$7,309.4 millones.
Asimismo, destacó que este monto supera en US$2,016.5 millones a las remesas recibidas en los primeros nueve meses de 2019, período anterior al inicio de la pandemia del COVID 19, y en el que en Estados Unidos no se tenían aún los esquemas de ayuda que fueron implementados luego de marzo de 2020 y que finalizaron en septiembre de 2021, razón por la cual al comparar los flujos recibidos a septiembre de 2022 con los del mismo periodo de 2021 se observa una reducción de unos US$551.9 millones.
En el mes de septiembre de 2022, particularmente, las remesas sumaron US$790.6 millones. Estas cifras reafirman el establecimiento del nuevo nivel de flujos de remesas mensuales en torno a los US$800.0 millones.
En ese sentido, al comparar este monto de septiembre de 2022 con el valor promediado en el mismo mes para el período previo a la pandemia de 2015-2019, que fue de US$453.8 millones, se observa un aumento importante.
El ente emisor explica que el desempeño económico de los Estados Unidos (EE. UU.) es uno de los principales factores que sigue incidiendo sobre el comportamiento de las remesas, ya que desde ese país provino el 84.9 % de los flujos de septiembre.
Durante dicho mes, el PMI no manufacturero del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM, por sus siglas en inglés) registró un valor de 56.7 en septiembre, indicando la continua expansión del sector servicios de la economía norteamericana, donde principalmente se emplea la diáspora dominicana en EE. UU.
El BCRD destaca también la recepción de remesas desde otros países, como España, en el orden de 6.2 %, segundo país en cuanto a total de residentes de la diáspora dominicana en el exterior se refiere, así como Haití e Italia, ambos con 0.8 % de los flujos recibidos, respectivamente. El resto de la recepción de remesas se divide entre países como Suiza, Canadá y Panamá, entre otros.
Respecto a la distribución de las remesas recibidas por provincias, el BCRD señala que el Distrito Nacional obtuvo la mayor proporción, un 34.1 %, seguido por las provincias Santiago y Santo Domingo, con un 14.5 % y 8.9 %, respectivamente. Esto indica que más de la mitad (57.5 %) de las remesas se recibe en las zonas metropolitanas del país.
Analizando los flujos de septiembre del 2022 según el género del receptor, predominan los hombres, con el 52.9 %, mientras que las mujeres captaron el 47.1 % restante de las remesas recibidas por canales formales.
Tras analizar la evolución reciente del sector externo, las perspectivas del BCRD para el resto del año contemplan que continúen importantes flujos de divisas por concepto de remesas, turismo, exportaciones e inversión extranjera directa. Esto contribuirá a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que el tipo de cambio mostró una apreciación acumulada de 7.0 % al cierre de septiembre de 2022.
La institución resalta que este mayor flujo de divisas también ha permitido la acumulación de reservas internacionales, que para el cierre de septiembre de 2022 se colocaron por encima de los US$13,800 millones, representando alrededor de un 12.3 % del PIB y equivalentes a unos 5.7 meses de importaciones, métricas que superan los niveles recomendados por el FMI.
Todos estos elementos, aunados a los robustos fundamentos macroeconómicos del país, señalan que el sector externo de la República Dominicana posee condiciones particularmente adecuadas para acomodar los choques provenientes de un entorno internacional complejo y cargado de incertidumbre, proyectando que este sector cerraría el 2022 con remesas cercanas a los US$10,000 millones, exportaciones con cifras récords en torno a los US14,000 millones, ingresos por turismo por encima de los US$8,700 millones, y una IED superior a los US$3,500 millones.
El Banco Central reafirma su compromiso con la vigilancia del entorno económico actual para continuar tomando las medidas necesarias para contrarrestar el impacto en la economía dominicana del desafiante panorama internacional imperante, a fin de garantizar la estabilidad de precios y del mercado cambiario.