(Prensa Latina) A menos de un mes de diagnosticar el primer caso de cólera en Haití, hoy se reportan potenciales enfermos y confirmados en ocho de los 10 departamentos, con una alta incidencia en los niños.
El más reciente balance del Ministerio de Salud (MSPP) indicó que al menos 52 personas fallecieron como consecuencia de la dolencia que reaparece en un momento crítico, cuando muchos hospitales se encuentran cerrados por la crisis de combustible y comienzan a escasear las medicinas.
Hasta la fecha unas dos mil 243 personas son sospechosas de portar la enfermedad y casi la mitad de ellas son niños y adolescentes menores de 15 años.
La Dirección de Epidemiología, Laboratorios e Investigación del MSPP pidió a toda persona que presente diarrea acuosa aguda, profusa, con o sin vómitos, con o sin deshidratación, asistir con urgencia a un centro de salud.
Sin embargo, los servicios médicos de los hospitales se redujeron considerablemente ante la persistente escasez de hidrocarburos para alimentar los generadores, agravada por el bloqueo que desde mediados de septiembre mantienen las pandillas a la principal terminal petrolera del país.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió que el cólera es casi una sentencia de muerte para los niños con sistemas inmunitarios debilitados por la falta de alimentos nutritivos.
“La crisis en Haití es cada vez más una crisis de los niños” dijo Bruno Maes, representante de Unicef en el país caribeño, y señaló que en Cité Soleil, donde se registraron los primeros casos hasta ocho mil menores corren el riesgo de morir por malnutrición concurrente y cólera.
Ante el complejo escenario el doctor William Pape pide que se aumenten las campañas de concienciación.
El galeno quien es miembro del Consejo Científico de la Organización Mundial de la Salud y director de los Centros Gheskio -que estudian las enfermedades infecciosas- también recomendó que los enfermos se tomen el suero oral incluso antes de acudir a un centro de tratamiento.
El cólera revive viejas heridas en el país caribeño que fue afectado en 2010 por un brote, responsable de la muerte de casi 10 mil personas, mientras más de 800 mil enfermaron.