(EFE).- El cantante español Pablo Alborán baila más que nunca en «La cuarta hoja», un disco optimista de la mano de muchos colaboradores muy jóvenes como Aitana, María Becerra o Ana Mena, con los que ha aprendido a desprenderse de «prejuicios musicales» y a entender que «grabar con ‘autotune’ puede molar muchísimo».
«La manera de escribir y consumir música cambió a una velocidad brutal durante la pandemia. Entonces me limité a ser un observador para ver qué estaba pasando, porque yo estoy acostumbrado a hacer proyectos y discos. Cuando volví a escribir, entendí sus cosas buenas, como trabajar con artistas que no tienen nada que ver contigo y que no tener prejuicios es fundamental para aprender», explica a EFE en una entrevista.
Alborán, nacido en 1989, ha orquestado así un disco con arreglos y hechuras más contemporáneos respecto a sus baladas más clásicas y que es optimista desde su título, una cuarta hoja del trébol que representa «la búsqueda de una actitud frente a lo que te depare el día a día, que es ver lo positivo en nuestras vidas y disfrutarlo».
«La pandemia a mí me cambió todo. Aunque también ha salido así porque pude hacer una gira y prepararme para ella como nunca, volviendo a confiar en mí y en la música», cuenta sobre un álbum que ha ido tejiendo en los escasos momentos muertos de su extensa gira por teatros, a la que puso remate hace apenas unos días.