RT.- Dos semanas después del asalto a las sedes de los tres poderes en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva envía un mensaje de que todo está bajo control al cumplir su primer viaje al exterior, a Argentina, donde abrirá una nueva era en sus relaciones con sus vecinos regionales, mayoritariamente izquierdistas, tras el mandato distante del ultraderechista Jair Bolsonaro.
El patriarca de la izquierda brasileña participará el martes en el encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), compuesto por 33 países y de la que Brasil –uno de sus creadores en 2008, cuando el propio Lula era presidente– salió en enero de 2020, durante la administración del ultraderechista.
Un día antes del evento, el mandatario se reunirá con su colega Alberto Fernández, con quien mantiene una relación de larga data y quiense reveló como uno de sus grandes aliados, incluso en sus momentos más oscuros.
En julio de 2019, Fernández visitó a Lula en la cárcel de Curitiba en la que estaba preso, tras ser condenado por corrupción en el marco de la megaoperación Lava Jato y liberado después por una cuestión procesal. También fue el primer líder extranjero con el que se reunió en Sao Paulo, tan solo un día después de ganar las elecciones en segunda vuelta el 31 de octubre.