Santo Domingo, República Dominicana.- El inicio del juicio de fondo que se conocería este martes contra Arsenio Quevedo y Ericsson de los Santo Solis, imputados por los asesinatos de varios choferes a manos de sicarios, fue pospuesto para el próximo día primero de febrero, luego de que los jueces del Cuarto Tribunal Colegiados del Distrito Nacional fueran recusados por la defensa.
Se recuerda que los choferes asesinados manos de sicarios en el año 2014, fueron Mateo Nieves De Jesús, Ovemys Guerrero y Angel Javier, mientras laboraban en sus rutas de carro público de pasajeros en la ciudad de Santo Domingo
En ese orden, el abogado de la familia de los choferes asesinados por integrantes de una red de sicarios, presuntamente encabezada por Quevedo y de los Santo Solís, Soto Lara, precisó que la excusa para posponer el conocimiento del juicio, fue que se notificó en la audiencia anterior una decisión del tribunal, donde admitió pruebas que son concluyentes y que comprometen la responsabilidad penal, no solo de los asesinos materiales, sino de los patrocinadores.
El letrado dijo que los imputados consciente de lo que les espera en este proceso judicial, les temen como el “diablo a la cruz”, al indicar que cualquier pretexto siempre ha sido válido para rehuir del conocimiento del dictamen.
Expuso que los imputados para postergar el conocimiento del juicio, interpusieron un recurso que hoy no había sido fallado, ya que no tiene fundamento, infeliz, de oposición sin futuro y que obviamente hará de ser desestimado por el colegiado que instruye: “Son pretextos para dilatar el proceso judicial”.
Soto Lara afirmó que cuando se le acabaron los argumentos a los imputados, procedieron a una infame recusación de los tres jueces que componen el tribunal, por lo que la corte habrá de conocer dicho recurso de apelación que tendrá que ser rechazado.
Aseveró que los días primero, tres y seis de febrero del presente año, se verán las caras con los sicarios y con sus patrocinadores en la continuación del proceso judicial.
Exhortó a los familiares y compañeros de las víctimas a mantenerse “firme y rebelde”, pues los responsables de los asesinatos lo van hacer condenar, “para que, en el país, nadie se sienta con derecho a decidir quien vive y quien muere”.
Agregó: “Para que nadie se sienta con derecho a pagar para que maten a nadie. El tribunal tendrá que dar una sentencia ejemplarizadora para que nadie se sienta tentado a disponer de manera gratuita, alevosa y cobarde de la vida de hombres de trabajo del volante, quienes dejan en la orfandad a sus hijos”.
“Pero que no se preocupen, pues no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”, expuso Soto Lara, al tiempo de que aseveró que se conocerá el fondo y que los imputados tendrán que pagar por los crímenes alevosos y cobardes que cometieron.
Dijo que la condena no será solo para los que ejecutaron de propia mano, los cuales ya están condenados a 30 años, sino a los que pagaron para matar y que se beneficiaron de la impunidad del proceso previo.
Afirmó que en este segundo juicio de fondo de manera inexorable todos tendrán que ser condenados: “Es la poca esperanza en la que ellos puedan salirse con la suya, resultando descargado en un juicio de fondo, lo que lo anima, lo intimidad, le da terror abocarse al proceso…pero inexorablemente tendrán que abocare a conocerlo”.
Se recuerda que en el anterior juicio de fondos los abogados de las víctimas pidieron al tribunal condenar a 20 años de prisión a Arsenio Quevedo, mientras que a 30 años de prisión al exregidor Ericsson de los Santos Solis, Cristino Batista, Danilo Reynoso y Amauris Cabrera.
El Ministerio Público acusó a los imputados de violación a las disposiciones a los artículos 265. 266, 296, 297, 298, 302 del Código Penal Dominicano, y 3 de la Ley No. 72-02, sobre Lavado de Activos provenientes del Narcotráfico, en perjuicio de los señores Santa De Jesus Rosario (madre de quien en vida respondía al nombre de Mateo Nieves De Jesús), Ovemys Guerrero. Adolfina Javier (madre de quien en vida respondía al nombre de Angel Javier), así como de Ramón Antonio Peña Beltré, Manuel Emilio Romero Figuereo y Eddy Francisco Sánchez.