La brecha digital de género es cada vez mayor y se supone erróneamente que el uso de herramientas y servicios digitales simplemente aumentará con el acceso universal a Internet. El 95 % de la población mundial tiene acceso a una red de banda ancha móvil. Sin embargo, solo una cuarta parte de la población de los países de ingreso bajo utiliza Internet, y el 21 % de las mujeres de esos países están conectadas a Internet, frente al 32 % de los hombres. Paralelamente, muchas mujeres y niñas -especialmente mujeres políticas, votantes y defensoras de los derechos humanos y del medio ambiente, personas LGBTIQ+, activistas, grupos feministas y mujeres jóvenes- se enfrentan a formas generalizadas de violencia en línea, que amenazan su participación, así como su salud mental y su bienestar.

Somos testigos del llamamiento a la transformación social de las mujeres que están a la vanguardia de los movimientos a favor del cambio social, tanto en Internet como en las calles, en sus países y en todo el mundo.

La tecnología digital puede fomentar la democracia y los derechos humanos impulsando el compromiso cívico y la participación política. Esto incluye el uso de la ciencia del comportamiento para ayudar a garantizar que las mujeres puedan acceder a sus derechos de propiedad (en inglés) en la República Árabe Siria, una iniciativa apoyada por el Laboratorio de Aceleración del PNUD en ese país. Cabe mencionar también la plataforma eMonitor+ (en inglés) desarrollada en Túnez, que utiliza la inteligencia artificial para detectar la información engañosa y la desinformación, el discurso de odio y la violencia contra las mujeres en relación con las elecciones. Asimismo, las innovaciones que utilizan energía solar para captar el agua de lluvia y tratarla a fin de producir agua potable (en inglés) en Tanzanía, lo que permite a las mujeres y las niñas no tener que caminar varios kilómetros al día para recoger agua.

En un momento en que a las mujeres y las niñas se les niega el acceso a la educación en países como el Afganistán, la plataforma STEM4ALL (en inglés), coordinada por el PNUD y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se propone aumentar la representación de las mujeres y niñas en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Se prevé que esta red de usuarios ampliará su alcance de 34 países a todo el mundo, como parte de los esfuerzos necesarios para que las mujeres puedan liderar nuestras nuevas sociedades digitales que impulsarán todo, desde la acción climática hasta la restauración de nuestro mundo natural.

El PNUD está trabajando con socios clave como ONU Mujeres para apoyar a los países a construir ecosistemas digitales inclusivos que funcionen para las mujeres en toda su diversidad, guiados por nuestra Estrategia de Igualdad de Género 2022-2025 y nuestra Estrategia Digital 2022-2025. Todos nosotros debemos contribuir a la amplificación de las voces de las mujeres, la participación de las mujeres en la vida pública y el acceso a la justicia, también mediante iniciativas de gobernanza electrónica.

Además, es necesario redoblar los esfuerzos para combatir la discriminación y la violencia contra las niñas con discapacidad. Y las finanzas digitales serán un medio clave para que las mujeres adquieran pleno control sobre sus finanzas, tal vez el medio más poderoso para reducir la pobreza e impulsar los Objetivos Mundiales. En suma, las mujeres y las niñas deben formar parte intrínseca de la respuesta a los retos más acuciantes de las personas y el planeta.

El tema de este año es «por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género».