(EFE).- La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha anunciado este miércoles que España enviará después de Semana Santa seis carros de combate Leopard a Ucrania una vez que han sido reparados para su uso en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y están probándose en Córdoba.
Robles ha comparecido en el pleno del Congreso para dar cuenta de estos envíos, una decisión que el Gobierno tomó sin haberlo debatido previamente en la Cámara, como denunciaron dos de los grupos que solicitaron las explicaciones de la ministra, ERC y EH Bildu.
Estos seis Leopard forman parte de los diez tanques que España anunció en febrero que donaría a Ucrania. Son del modelo 2A4 y se incluyen entre los más de cincuenta que estaban en desuso desde hace una década y almacenados en unas instalaciones del Ejército de Tierra en Casetas (Zaragoza).
“Por más que algunos se empeñen en difundir un determinado mensaje, mediante este envío no solo no creamos una escalada bélica del conflicto sino que facilitamos al pueblo ucraniano herramientas para defenderse”, ha dejado claro Robles.
Y ha reiterado que “cuesta concebir que el envío va a proporcionar una escalada en la guerra”, como creen quienes han solicitado su comparecencia.
Por eso, ha añadido, “hoy más que nunca es necesario remarcar el apoyo incondicional y sin fisuras de España a Ucrania durante el tiempo que sea necesario para que Ucrania pueda seguir ejerciendo su legítimo derecho a la defensa más que nunca”.
Tras recordar que las vías diplomáticas no pudieron solucionar el conflicto porque el presidente Vladimir Putin “no está por la vía del diálogo”, Robles ha dejado claro que “ni la OTAN lo ha solicitado ni el Gobierno de España ha contemplado nunca la posibilidad de enviar soldados a territorio ucraniano”. “Ningún militar español va a combatir allí”, ha zanjado.
Ante las críticas a la falta de información sobre los envíos, Robles ha asegurado que tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como ella han dado explicaciones en muchas ocasiones de la evolución del conflicto y de las medidas adoptadas por todos los socios de la UE y de la OTAN.
De todos modos, ha reconocido que el Gobierno no ha dado siempre la publicidad a los envíos que le hubiera gustado y no ha querido “ponerse medallas” porque “sería muy deshonesto” y porque, además, no se podía dar “pistas al enemigo”.
Ha pedido un apoyo “sin fisuras” al envío de material conforme a las “posibilidades” de España y las peticiones de Ucrania, con “la discreción necesaria” e incluyendo la acogida al personal herido de las fuerzas armadas ucranianas.
Robles ha hecho una relación de lo enviado hasta ahora y ha indicado que en el marco del derecho de Ucrania a su legítima defensa, España ha acordado “fortalecer las capacidades militares en un momento en que la guerra se refuerza y tiene especial crueldad”.
“Seguiremos proporcionando ayuda en la medida de nuestras posibilidades, y lo haremos con responsabilidad y prudencia y en coordinación con nuestros aliados”, ha apostillado.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha asegurado además en el Pleno del Congreso que España no va enviar aviones de combate a Ucrania, entre otras cosas porque ese país quiere un modelo, el F16, que nuestro país no tiene.
Robles ha negado rotundamente que haya intención de mandar aviones, como al parecer van a hacer otros países aliados, y con ello ha respondido a sus socios de Gobierno, Unidas Podemos, que por boca de su diputado Ismael Cortés han mostrado su preocupación por la posibilidad de que España sí lo hiciera.
Aunque la mayoría del hemiciclo ha coincidido en afear al Gobierno que no haya trasladado al Congreso esta decisión para su debate y votación, sí ha mostrado una vez más su división en torno al envío de material bélico por parte de España.
Así, los partidos de derecha se han congratulado de la decisión e, incluso, algunos la han considerado insuficiente, mientras que desde las filas de la izquierda y de algunos grupos nacionalistas se ha criticado este nuevo paso y se ha vuelto a apostar por el diálogo como la única solución a la guerra.