INFOBAE.- Durante los vuelos, es común que se solicite a los pasajeros y miembros de la tripulación apagar sus teléfonos móviles o activar el modo avión. Aunque muchos cumplen con esta instrucción, son pocos los que comprenden el propósito y las funciones que se desactivan al utilizar esta opción en sus dispositivos.
Al hacer uso del modo avión, se desactivan todas las funciones de comunicación inalámbrica del dispositivo. Esto incluye las señales de telefonía móvil, wifi, Bluetooth y NFC (Near Field Communication).
En consecuencia, el celular se desconecta de las redes móviles, lo que impide realizar y recibir llamadas, enviar y recibir mensajes de texto, y acceder a los datos; sin embargo, aún es posible emplear otras funciones que no dependan de dichas conexiones, como la reproducción de música, el acceso a aplicaciones y juegos como Call of Duty o Candy Crush Saga, el uso de la cámara, la visualización de contenido almacenado localmente, entre otros.
Al desactivar las funciones de comunicación inalámbrica, ayuda a cumplir con las regulaciones y restricciones en entornos sensibles, como en aviones durante el despegue y el aterrizaje. Esta medida busca garantizar la seguridad y evitar cualquier posible interferencia con los sistemas de comunicación de la aeronave.
Por su parte, muchos pilotos afirman que usar un celular en un vuelo no interfiere con el avión, pero las aerolíneas aún tienen la última palabra y los pasajeros deben cumplir cuando se les pide que esta función sea encendida.
De todos modos, incluso con el modo avión activado, las personas se pueden conectar intencionalmente a wifi cuando están en un vuelo que lo ofrece, por lo que se puede utilizar el teléfono celular para navegar y mantener otros sensores activos.
Si bien la herramienta es empleada durante los vuelos, esta opción también resulta útil en situaciones donde se requiere una interrupción temporal de las comunicaciones o se busca conservar la batería del teléfono al evitar la búsqueda constante de señales y conexiones.
Historia del modo avión
Década de 1930: durante los primeros días de la aviación comercial se implementaron restricciones estrictas sobre el uso de dispositivos electrónicos a bordo de las aeronaves. Esto se debía principalmente a la falta de conocimiento sobre las posibles interferencias electromagnéticas y a la necesidad de garantizar la seguridad de las comunicaciones y sistemas de navegación.
Década de 1960: a medida que la tecnología electrónica avanzaba, se realizaron investigaciones exhaustivas para comprender los posibles riesgos de interferencia electromagnética en los aviones. Se establecieron regulaciones más claras en relación con el uso de dispositivos electrónicos durante los vuelos.
Principios de los años 2000: esta opción se convirtió en una característica estándar en los teléfonos celulares y otros dispositivos móviles. Los fabricantes de dispositivos comenzaron a incluir un interruptor o una configuración en el sistema operativo que permitía a los usuarios desactivar todas las funciones de conectividad inalámbrica en un solo paso. La Comisión Europea en 2014 permitió un vuelo sin activarlo.
Actualidad: continúa siendo una medida de seguridad requerida durante los vuelos en avión. Las regulaciones y políticas de las aerolíneas y las autoridades de aviación exigen que los pasajeros activen el modo avión o apaguen sus dispositivos electrónicos antes del despegue y el aterrizaje, con el fin de prevenir posibles interferencias con los sistemas de comunicación y navegación de la aeronave.