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Arnold Schwarzenegger es el sheriff de un pequeño pueblo en una película de pura acción

the last stand
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“El último desafío” tiene un gran director y un elenco brillante. Se estrenó en 2013 y es uno de los mejores títulos del actor de Hollywood

Infobae.- Luego de sus años como gobernador de California, Arnold Schwarzenegger volvió a su género favorito y eligió hacerlo con una gran película de acción que combina la violencia del género con un gran sentido del humor que le permite no tomarse del todo en serio. Había realizado participaciones menores en otros títulos, pero fue El último desafío (The Last Stand, 2013) su verdadero retorno y, posiblemente, el mejor film de estos diez años de carrera posteriores a su vida de político.

Ray Owens (Schwarzenegger) es el sheriff del pequeño pueblo de Somerton, Arizona, en la frontera entre Estados Unidos y México. Owens ha dejado atrás su vida como policía de Los Ángeles, luego de una misión fallida. Ya mayor, disfruta de un lugar sin problemas ni delitos, salvo un auto mal estacionado por el propio alcalde de Somerton. En un fin de semana donde casi todos los habitantes se van para ir a alentar a su equipo deportivo, Owens se dispone a tener menos problemas que nunca.

Pero un peligroso y poderoso narcotraficante, Gabriel Cortéz (Eduardo Noriega), se ha escapado cuando era trasladado por el FBI e intentará cruzar la frontera atravesando Somerton. La policía intentará detener a Cortéz y su banda antes de que logren su objetivo. Subestimando al sheriff y al pequeño grupo que lo acompañan, los narcos creen que ese es el punto débil para llegar a México sin problemas.

Una historia que ha servido para muchas grandes películas y en particular para memorables westerns. El grupo pequeño e inquebrantable que resiste frente al poderoso que se cree completamente impune. Podría haber sido un largometraje de Howard Hawks, como Rio Bravo (1959) o El Dorado (1966), y está muy claro que quienes hicieron la película lo saben. El mismo espíritu de camaradería, de moral heroica y de sentido del humor de aquellas producciones. El guion de Andrew Knauer es una divertida revisión de esos títulos clásicos y seguramente eso es lo que atrajo al gran director coreano Kim Jee-woon.

Jee-woon es uno de los directores más importantes de su país y, por lo tanto, del mundo. Su filmografía previa a El último desafío habla por sí misma: The Quiet Family (1998), The Foul King (2000), A Tale of Two Sisters (2003), A Bittersweet Life (2005) y The Good, the Bad and the Weird (2008), un western descomunal que fue un éxito gigante de taquilla en Corea del Sur. Seguramente eso fue lo que provocó que fuera elegido para su primer proyecto en Estados Unidos, algo que muchos directores del mundo han hecho a lo largo de la historia del cine.

El último desafío es un claro ejemplo de cómo un director extranjero parece entender mejor Hollywood que el propio Hollywood, o al menos respetar sus reglas y su tradición. Y también, como en este caso, se da el lujo de armar un elenco soñado, con esos actores secundarios maravillosos que también son parte de la historia del cine. Al gran Arnold Schwarzenegger lo acompañan Eduardo Noriega, Forest Whitaker, Peter Stormare, Johnny Knoxville, Rodrigo Santoro, Luis Guzmán, Jaimie Alexander y Harry Dean Stanton. Se disfruta mucho la unión de todos estos talentos para una película tan divertida.

Pero además de la diversión y la espectacularidad, también hay una idea del mundo en esta clase de películas. La resistencia de los honestos frente a un mundo de poderosos corruptos. Aquellos que parecen estar al margen de las cosas importantes, pero que cuando llega la ocasión, saben lo que está bien y lo que está mal y actúan en consecuencia. Como héroes del western, como héroes del cine, como héroes de la vida. De eso también está hecha El último desafío. Disponible en Netflix.

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