Madrid, 30 ago (EUROPA PRESS) – Los astrónomos han descubierto un extraño sistema que contiene dos planetas gigantes gaseosos de largo periodo orbitando alrededor de la cercana estrella TOI-4600, a 815 años luz de la Tierra.
Los astrónomos han descubierto un extraño sistema que contiene dos planetas gigantes gaseosos de largo periodo en órbita alrededor de la cercana estrella TOI-4600, a 815 años luz de la Tierra.
El equipo de investigadores, dirigido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Nuevo México, descubrió que la estrella tiene un planeta interior con una órbita de 82 días, similar a la de Mercurio, y otro exterior que orbita con un periodo de 482 días, a medio camino entre la Tierra y Marte.
El descubrimiento se realizó utilizando datos del Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA, una misión dirigida por el MIT que vigila las estrellas más cercanas en busca de exoplanetas.
Este nuevo planeta, más distante, tiene el período más largo de todos los detectados hasta ahora por el TESS. También es uno de los planetas más fríos, con una temperatura en torno a los 82 grados Celsius bajo cero.
Es probable que ambos planetas sean planetas gaseosos similares a Júpiter y Saturno, pero la composición del planeta interior podría ser una mezcla de gas y hielo. Los dos planetas tienden un puente entre los “Júpiter calientes” (los planetas cálidos de periodo corto que constituyen la mayoría de los exoplanetas descubiertos) y los planetas gaseosos de periodo largo y mucho más fríos de nuestro sistema solar.
‘Kathryn Hesse, miembro del personal técnico del Instituto Kavli de Astrofísica y Estudios Espaciales del MIT, declaró en un comunicado. Cuando intentamos ver en qué punto se encuentra nuestro sistema solar en comparación con los demás sistemas solares que hemos descubierto, realmente necesitamos ejemplos extremos como éste para comprender mejor la comparación. Esto se debe a que muchos de los sistemas solares que hemos descubierto no se parecen en nada al nuestro”.
Hesse y sus colegas, entre ellos el autor principal, Ismael Mireles, estudiante de posgrado de la Universidad de Nuevo México (UNM), publicaron sus resultados en la revista Astrophysical Journal Letters.