Lisboa (EFE).- El papa Francisco llegó hoy a Lisboa para participar en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud con una apretada agenda que abarca hasta el próximo día 6 e incluye, entre otras actividades, una visita al santuario de Fátima.
Ya en la capital portuguesa, Francisco lamentó que Europa “no ofrezca caminos creativos” para acabar con la guerra en Ucrania, en el discurso que ha pronunciado ante las autoridades lusas.
En el centro Cultural de Belèm, ante un millar de personas y después de reunirse con el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, Francisco pronunció un largo discurso centrado sobre todo en la necesidad de respetar la misión originaria de la Unión Europea.
Frente a las autoridades, cuerpo diplomático y miembros de la sociedad civil, el papa recordó que aquí, en el 2007, se firmó el homónimo Tratado de reforma de la Unión Europea, que afirma que la UE “tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos”.
“Las tragedias en el mar y las cunas vacías”
Deseó que la JMJ, a la que acudirán cerca un millón de jóvenes, sea para Europa “un impulso de apertura universal” porque, argumentó, “el mundo necesita a Europa, a la verdadera Europa; necesita de su papel de constructora de puentes y de paz en su parte oriental, en el Mediterráneo, en África y en Oriente Medio”.
Han sido varias las ocasiones, también durante al viaje a Hungría de este año, en las que Francisco criticó a la UE por no aportar soluciones o diálogo para acabar con la guerra en Ucrania tras la invasión rusa.
Además el pontífice argentino ha señalado a una Europa y un Occidente que descartan a los ancianos, construyen muros de alambre de espino y donde suceden “las tragedias en el mar y las cunas vacías”.
Lisboa “ciudad del encuentro”
Antes de su alocución, Francisco firmó en el libro de honor del Palacio Nacional de Belém, residencia del presidente de la República de Portugal, donde acudió para una reunión.
En el mensaje, el papa deseó que Lisboa, a la que definió “ciudad del encuentro”, pueda “inspirar caminos para afrontar juntos las grandes cuestiones de Europa y el mundo”.
El avión papal de la compañía Ita Airways aterrizó en la base militar de Figo Maduro a las 9.44 hora local (8.44 GMT), con unos 15 minutos de adelanto sobre la hora inicialmente prevista, y fue recibido al pie de la escalerilla por el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa.
El papa avanzó por la pista del aeropuerto en silla de ruedas y, tras una breve ceremonia de bienvenida, Francisco abandonó el aeropuerto en un coche cerrado, identificado por su color blanco y la bandera vaticana, y rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad.
El papa en el vuelo hacia Lisboa: “Seguiremos haciendo lío”
Antes de aterrizar en la capital portuguesa, y como es habitual en sus viajes, Francisco mantuvo un encuentro en el avión con los periodistas que le acompañan, a los que aseguró que se seguirá “haciendo lío”.
El papa hacía referencia al discurso de hace diez años, en el que dijo a los jóvenes argentinos que participaban en la JMJ de Brasil: “¡Hagan lío!” y que se convirtió en un lema para los católicos.
En el vuelo hacia Lisboa, Francisco, de 86 años, apareció apoyado en su bastón y de buen humor y quiso, como es tradición, saludar uno a uno a los cerca 80 representantes de los medios de todo el mundo que viajan con él.
También aseguró que, a pesar de la apretada y dura agenda, volverá “rejuvenecido” de este evento, el más multitudinario que organiza la Iglesia católica y que se celebra cada tres años, aunque tuvo que ser aplazado un año por la pandemia.