Calavera portuguesa, medusa luminosa, éstas son las especies más peligrosas que se pueden encontrar en las playas españolas.
Con la llegada del verano, las playas se llenan de gente disfrutando del mar, ya sea para combatir las altas temperaturas de esta época del año o simplemente para relajarse. Esto se debe a que las medusas son unas de las criaturas venenosas más potentes del reino animal.
Por regla general, las medusas viven lejos de la costa, pero las corrientes y el aumento de la temperatura del agua las acercan a la orilla, lo que aumenta la probabilidad de que piquen a los bañistas. Este año, las playas españolas se han visto invadidas por carabelas portuguesas. No se trata de una medusa, sino de una Fischeria, de la misma familia de las medusas, pero más tóxica y peligrosa.
Antes de hablar de la prevención y el tratamiento de las picaduras de medusa en la playa, hay que recordar que, aunque la medusa esté muerta, puede inyectar una sustancia en la piel que provoca dolor e inflamación. La mejor forma de evitar las picaduras de medusa en la playa es prevenirlas. Para ello, evite bañarse si sabe que hay medusas en la playa, y evite las medusas en las zonas donde rompen las olas.
Por otro lado, para proteger la piel del contacto con los invertebrados, es imprescindible cubrirse el cuerpo con crema solar, bañador e incluso ropa ligera como camisetas.
Si de repente se encuentra con una medusa, no la toque bajo ningún concepto, aunque esté muerta en la playa, ya que la picadura de sus tentáculos durará al menos 24 horas. Si encuentra una medusa mientras nada, diríjase tranquilamente hacia la orilla y evite nadar enérgicamente.
Por otro lado, si encuentra un gran número y no se trata de un ejemplar aislado, comuníquelo inmediatamente al equipo de vigilancia o de emergencia para que reciba el tratamiento adecuado. Hay que saber cómo actuar ante las picaduras de medusa. La picadura provocará la aparición inmediata de dolor y picor.
En caso de picadura, lave primero la zona afectada con agua salada o suero fisiológico y retire los restos de tentáculos de la piel con pinzas o guantes.
Para hacer frente al veneno, debe aplicarse un paño caliente a una temperatura inferior a 45°C. Además, pueden administrarse antihistamínicos para detener la reacción alérgica y analgésicos para contrarrestar el dolor.
A continuación, se debe enfriar la zona afectada durante 15 minutos, procurando utilizar una bolsa sellada o un paño o toalla que no entre en contacto directo con la piel para evitar quemaduras en la dermis.
Si los síntomas no remiten o empeoran tras seguir los pasos anteriores, o si van acompañados de escalofríos, náuseas o mareos, acuda a un servicio de urgencias donde un médico analizará el caso y determinará el tratamiento adecuado para la picadura de medusa. ‘.