Nueva York – La inflación de julio se ajustó a las expectativas. La menor tasa de aumento intermensual sugiere que las presiones inflacionistas se están atenuando, a pesar de que la inflación general ha subido y la subyacente se mantiene firme. La vivienda sigue siendo el principal motivo de que la inflación subyacente se mantenga elevada. Estos datos deberían dar a la Reserva Federal motivos para creer que se está avanzando en la contención de la inflación, al tiempo que la economía sigue resistiendo y en vías de un “aterrizaje suave”. Esto debería permitir a la Fed hacer una pausa en la subida de tipos en su reunión de septiembre, y creemos que el ciclo de endurecimiento ha tocado techo con la subida de tipos de julio, que elevó la horquilla de tipos del 5,25% al 5,50%.
El índice de precios al consumo (IPC) estadounidense publicado el jueves estuvo en línea con las expectativas. Tanto el IPC general como el subyacente (excluidos alimentos y energía) subieron un 0,0, en línea con las expectativas del consenso. Con un 2% mensual, se situó muy por debajo de la media del primer semestre del año. Como resultado, la inflación general anual alcanzó el 3,2%, ligeramente por debajo del consenso del 3,3% interanual, que era un aumento esperado dado el efecto base de la caída del IPC en julio de 2022.
La inflación general se mantuvo resistente, debilitándose ligeramente hasta el 4,7% interanual, ya que no se produjo un descenso debido a los precios de la energía como el año pasado. El principal factor que mantuvo alta la inflación subyacente fue el coste de la vivienda, que contribuyó en 2,5 puntos porcentuales a la tasa de inflación general. Sin embargo, es probable que los costes de la vivienda también disminuyan, ya que los costes de alquiler arrastran el aumento, lo que podría mejorar los datos del IPC subyacente.
Además, las presiones inflacionistas externas procedentes de la energía y de la cadena de suministro se han estancado, pasando de la inflación a la desinflación, lo que sugiere que la inflación seguirá disminuyendo en los próximos meses: el deflactor del gasto en consumo personal (PCE) cayó al 3,0% en junio desde el 3,8% interanual y el índice de precios del PIB del 2T bajó del 4,0% al 2,1%. 1%, lo que sugiere una mayor relajación de las presiones inflacionistas.
Estos datos de precios, junto con los recientes datos del mercado laboral que muestran un enfriamiento gradual del crecimiento del empleo y los datos del PIB que muestran un crecimiento sólido, deberían proporcionar a la Fed más pruebas de que la inflación se está conteniendo sin empujar a la economía a la recesión. Por lo tanto, seguimos creyendo que la Fed puso fin a su ciclo de subidas de tipos con la subida del mes pasado y que los mantendrá sin cambios de cara al futuro. Los responsables de la toma de decisiones no malinterpretarán la reciente subida de los precios del petróleo, que podría provocar un fuerte incremento de la inflación general el mes que viene, como un aumento de las presiones inflacionistas.
AM.MX/fm’.