De la Tragedia de San Cristóbal, solo se conocen tres cosas: primero que hubo una explosión, segundo qué ya van treinta y cuatro (34) muertos, y tercero qué hay varios heridos, pero más nada, entonces, es obvio qué hay un misterio en el manejo de lo sucedido, pero ¿por qué? Es la pregunta que millones de personas en la República Dominicana, se hacen.
Sobre el particular ronda un misterio, agravado con las contrataciones de las autoridades que han opinado al respecto, lo que genera cansancio en la espera de la población, que mira y oye sin que hasta la fecha sepa realmente cuál pudo haber sido la cususa de la desgracia, pero mucho más lamentable es que ni siquiera se diga dónde exactamente se inició la explosión.
Lo sucedido en San Cristóbal, no debe de seguir siendo un misterio, pero mucho menos un muro para derramar impotencia majada con lágrimas de cocodrilos, ni gritos de moros, lo sucedido es una verdadera catástrofe humana, que debe de ser urgentemente aclarada, y así evitar que las especulaciones y el morbo sigan tomando cuerpo.
Treinta y cuatro (34) muertos es una de las mayores tragedias que ha sufrido la República Dominicana después de San Zenón, y hoy a pesar del tiempo de haber sucedido todavía no se tenga ni siquiera un informe preliminar del porqué pasó, por lo que me temo que se esté jugando al olvido.
La situación es delicada ya que, la población al no tener una idea del porqué ocurrió la tragedia podría estar pensando en cosas que repetidas muchas veces irán ensombreciendo el panorama y al mismo tiempo llenando de incertidumbre la confianza en nuestra seguridad, y es precisamente lo que deben tomar en cuenta las autoridades, ante de que sea demasiado tarde. JMH