CIUDAD DE MÉXICO (APRO) – La mexicana Evelyn Arguelles estaba de vacaciones con su familia en Lahania, el principal destino turístico de la isla hawaiana de Maui, cuando a las 5 de la mañana sonó la alarma y se fue la luz.
El martes pasado, su familia y él se despertaron porque pensaban que sólo era el huracán Dora y que pasaría rápido. El viento era tan fuerte que se dirigieron a Wailea, donde se dieron cuenta de la gravedad de la situación.
Por el camino nos dimos cuenta de que todo era terrible. Mientras conducíamos, vimos que todas las ramas de los árboles caían encima del coche.
Todo era como una pesadilla. Era como una agonía. Vi cómo se movían los postes. Vi los postes de teléfono moverse y algunos tejados de casas derrumbarse. Los semáforos tampoco funcionaban.
Pensé en volver, pero pensé: “No, si vuelvo, tendré que pasar por ese lugar donde las ramas están caídas otra vez”.
Señaló que la carretera estaba cerrada por la noche a causa del incendio.
El fuego fue tan intenso que la gente tuvo que saltar al mar para escapar. Ahora todo está destruido. La ciudad ha quedado destruida. Todas las alarmas empezaron a sonar. Luego se declaró un incendio cerca del hotel y tuvieron que marcharse, añadió.
A ella y a su marido les dieron un vuelo de vuelta a Texas, en Estados Unidos, donde viven, pero a sus padres no.
