17 Ago Madrid, 17 Ago (EUROPA PRESS) – ¿Qué hacer si te entra arena en los ojos?
El verano es la estación para disfrutar del mar en la playa, pero también es la época en la que hay que tener un cuidado constante para evitar quemaduras solares, picaduras de insectos y mantener los ojos en perfecto estado de salud, para que no entre arena en los ojos, lo que puede causar problemas como conjuntivitis, irritación e infección.
La sensación de que la arena entre en los ojos puede ser muy molesta, sobre todo para los niños, que están acostumbrados a jugar con la arena y suelen rascarse los ojos cuando sienten molestias, pero rascarse no sólo no alivia las molestias, sino que puede causar problemas importantes en la superficie del ojo y la córnea.
Según el oftalmólogo Dr. Fernando Llobet, cofundador de Clínica Baviera, «es muy importante saber que al estar húmeda la superficie del ojo, la arenilla puede adherirse y causar daños en diversas estructuras oculares».
Por ello, es fundamental evitar rascarse la superficie del ojo para no dañarla y causar problemas en la córnea. También hay que tener en cuenta que estos granos de arena pueden ser portadores de microorganismos y provocar infecciones como la conjuntivitis, que puede causar molestas sensaciones de picor, quemazón y lagrimeo.
‘Para evitar estos problemas, es aconsejable utilizar gafas de sol o de buceo homologadas, mantener siempre los ojos hidratados y evitar extremar la higiene. También es importante evitar frotarse los ojos en la medida de lo posible’, afirma el Dr. Lovett.
Además, estas lesiones oculares son más frecuentes en los niños pequeños, que son los más expuestos a la arena. Por eso es aconsejable llevar suero fisiológico cuando se va a la playa, para poder limpiar los ojos lo antes posible (evitar tocarlos con las manos) y prevenir problemas mayores.
Si no se dispone de suero fisiológico, se puede utilizar una botella de agua para enjuagarse los ojos con agua, o las duchas de agua dulce de la playa. Si las molestias aumentan o duran más tiempo, una visita al oftalmólogo para evaluar el estado general del ojo y obtener un diagnóstico personalizado puede ser la solución.
Otros factores, como el cloro de las piscinas, el aire acondicionado y la exposición prolongada al sol, habitual durante la época estival, también pueden alterar la salud visual y agravar los síntomas de otras afecciones oculares. Por ello, los expertos recomiendan el uso de gafas de natación, lágrimas artificiales sin conservantes para hidratar los ojos y gafas de sol o viseras para protegerse de los rayos solares.
