Madrid, 14 Ago (EUROPA PRESS) -.
Según un estudio realizado por la Universidad de Gotemburgo (Suecia) en pacientes sometidos a trasplante de médula ósea o con enfermedad hepática, incluida cirrosis, los individuos vulnerables con riesgo de infección grave por COVID-19 alcanzan buenos niveles de anticuerpos tras tres dosis de vacuna con ARNm.
El objetivo del estudio, publicado en la revista científica Infectious Diseases, era investigar el efecto de la vacunación repetida y la inmunidad híbrida contra COVID-19 en individuos especialmente vulnerables. La inmunidad híbrida se refiere a la protección mediante una combinación de vacunación e infección por SARS-CoV-2.
Los resultados muestran cómo los niveles de anticuerpos contra COVID-19 se acumulan con cada vacunación en personas con defensas inmunitarias esencialmente débiles. Los conocimientos en este ámbito siguen siendo limitados.
En el estudio participaron 38 pacientes con cirrosis, 36 receptores de trasplante de médula ósea, 14 pacientes con enfermedad hepática autoinmune y 20 controles sanos. Todos los pacientes fueron tratados en el Hospital Universitario Sahlgrenska de Gotemburgo.
Se controló la presencia de anticuerpos contra COVID-19 después de la primera, segunda, tercera y, en el caso de algunos pacientes con trasplante de médula ósea, cuarta vacunación; nadie estaba infectado con COVID-19 antes de la segunda vacunación, pero entre la segunda y la tercera vacunación se produjo una infección leve con la variante omicron de COVID-19 Hubo 31 personas.
Las personas con defensas inmunitarias alteradas debido a una enfermedad hepática o a un trasplante de médula ósea tuvieron una protección inferior a la del grupo de control hasta después de la segunda vacunación. Sin embargo, después de la tercera vacunación, los niveles de anticuerpos en ambos grupos eran comparables.
Independientemente del nivel de inmunidad subyacente, los niveles de anticuerpos tras la infección por COVID-19 fueron 10 veces superiores en todos los grupos en comparación con el grupo que había adquirido inmunidad únicamente mediante vacunación. Así, tres dosis de la vacuna COVID-19 ARNm produjeron altos niveles de anticuerpos incluso en personas inmunodeprimidas, y niveles aún más altos en la inmunización híbrida.
Fue inesperado, pero muy satisfactorio, que incluso individuos vulnerables pudieran alcanzar niveles de anticuerpos comparables a los de individuos sanos después de tres vacunaciones. Esto subraya la importancia de continuar la vacunación aunque la respuesta inmunitaria sea baja tras las primeras dosis”, afirma Martin Ragging, uno de los autores del estudio.
