Granada, 12 Sep (EUROPA PRESS)-.
Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han advertido de que es probable que las réplicas del terremoto del pasado 8 de septiembre en Marrakech continúen durante varios meses. El seísmo, el más devastador del último siglo en Marruecos, tuvo una magnitud de 6,8 grados en la escala de Richter y se produjo a unos 26 kilómetros al suroeste de Marrakech, en el interior de la cordillera del Atlas.
Investigadores de la Universidad de Granada, adscritos al Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, en colaboración con la Universidad de Jaén y universidades marroquíes, llevan décadas analizando la especificidad de la cordillera del Atlas, la más larga y alta del noroeste de África, en relación con el límite de convergencia entre la placa euroasiática y la placa nubia (África) .
Las montañas del Atlas se extienden desde Marruecos hasta Túnez y su topografía sugiere una importante actividad tectónica, pero la actividad sísmica histórica ha sido moderada: el terremoto de Agadir de 1960, con una magnitud de 5,8, tuvo un impacto devastador porque fue un terremoto muy superficial.
Los estudios geofísicos y geológicos realizados por su equipo indican que bajo la corteza continental hay un manto inusual, caliente y menos denso, que subyace a la topografía de la cordillera y está asociado al vulcanismo cuaternario de la región.
El terremoto del 8 de septiembre está relacionado con una falla inversa de unos 30 km asociada al levantamiento». En este contexto, las grandes fallas con periodos de recurrencia elevados son un peligro que hay que identificar, ya que acumulan tensiones durante un largo periodo de tiempo, lo que provoca una rápida liberación de energía durante un terremoto.
Los bomberos de Huelva siguen realizando operaciones de rescate en Marruecos, aunque la «probabilidad se ha reducido considerablemente».
Un desplazamiento significativo de un bloque de falla tras un gran terremoto desencadena la realineación de otros bloques, provocando réplicas que duran meses», señalan los investigadores.
El nuevo proyecto (Baraca), concedido por la Agencia Estatal de Investigación, está liderado por la Universidad de Granada y un equipo interdisciplinar de geólogos, geofísicos y geodestas de varias universidades españolas (Jaén, Málaga, Cádiz, Alicante, Complutense de Madrid) y centros de investigación (IEO, ICM-CSIC), en colaboración con otras universidades marroquíes y europeas, pretende cuantificar los riesgos geológicos y su evolución en cascada.
En las zonas propensas a los seísmos, la mala calidad de la construcción es un reto importante. Aunque no podemos detener o predecir con precisión los terremotos, podemos caracterizar la intensidad máxima del movimiento de las fallas a partir de estudios sismológicos, geológicos, geofísicos y geodésicos. En este contexto, la cuantificación de los riesgos sísmicos y la realización de estructuras sismorresistentes son los principales retos para reducir su impacto’, concluye Galindo Saldívar.