MARSELLA, Francia (AP) — El papa Francisco pidió el sábado al presidente francés, Emmanuel Macron, y a otros líderes europeos que abran los puertos a las personas que huyen de la penuria y la pobreza. En su llamamiento, insistió en que el continente no se enfrenta a una «situación de emergencia» de migrantes, sino a una realidad a largo plazo que los gobiernos deben afrontar con humanidad.
En su segundo día en la ciudad portuaria francesa de Marsella, el Papa instó y advirtió a los países europeos a responder con caridad ante sus intentos de cerrar sus puertas a los migrantes.
‘Dejémonos conmover por las historias de tantos de nuestros hermanos y hermanas menos afortunados, que tienen derecho a emigrar y a no emigrar, y no nos cerremos en la indiferencia’, dijo el Papa a Macron y a otros en el centro de convenciones de Marsella, donde se celebra una reunión de obispos católicos de la región mediterránea.
Y añadió: «Ante la terrible calamidad de la explotación humana, la solución no es rechazar, sino garantizar, en la medida en que os sea posible, un gran número de entradas legales y legítimas.»
La visita de Francisco al sur de Francia se produce en un momento en que el régimen ultraderechista italiano reacciona a la oleada de nuevas llegadas amenazando con acelerar el bloqueo marítimo y la repatriación de tunecinos. Mientras, el Ejecutivo francés ha reforzado las patrullas fronterizas para impedir el paso de migrantes desde territorio italiano.
Macron se reunió con Francisco en el paseo marítimo que domina el viejo puerto de Marsella y le ayudó a entrar en el Palacio del Faro. Junto a su esposa, escuchó a un joven voluntario italiano que trabaja en Grecia y al obispo de Tirana (Albania), que huyó de su patria durante el régimen comunista, hablar de su acogida en el extranjero.
El gobierno de centro-derecha de Macron ha adoptado una postura más dura en cuestiones de migración y seguridad frente a las críticas de los conservadores y la extrema derecha francesa; con las elecciones al Parlamento Europeo previstas para 2024, Macron ha pedido a la Unión Europea que refuerce las fronteras exteriores y deporte a los que se les niega la entrada de manera más eficiente Ha pedido a la UE que lo haga.
Macron y Francisco mantuvieron después una reunión a puerta cerrada al margen de la cumbre de obispos del Mediterráneo. El Vaticano ha subrayado que no se trata de una visita oficial al país, sino a Marsella, al igual que la Iglesia se ha negado a ir al corazón católico de Europa antes de ir a comunidades más pequeñas donde es minoría o se enfrenta a condiciones sociales complejas.
El Papa dijo que hablar de una «emergencia» migratoria era «propaganda alarmista» y que sólo avivaría los temores de la gente.
Francisco dijo: «Los que arriesgan su vida en el mar no están invadiendo, están buscando acogida». En cuanto al «estado de emergencia», el fenómeno migratorio no es tanto una emergencia momentánea, siempre oportuna para alimentar la propaganda alarmista, sino una realidad contemporánea, un proceso que envuelve a tres continentes, con el Mediterráneo en su centro, y que debe ser gobernado con sabia previsión.
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