(ANSA) – Roma, Enrica Battifoglia Reportera – Las muestras de suelo del asteroide Bennu, recogidas durante la misión OSIRIS REX de la NASA, son como el interior de una cápsula del tiempo, listas para contar la historia de nuestro sistema solar, y quizás incluso un nuevo capítulo de la historia de la vida.
Unos 200 investigadores de todo el mundo, entre ellos tres italianos, esperan encontrarse con este asteroide. Se cree que asteroides como Bennu trajeron los elementos de la vida», declaró a ANSA Maurizio Pajola, del Observatorio de Padua del Instituto Nacional de Astrofísica, que viajará el viernes a Estados Unidos para dirigirse a Houston, donde se encuentra el Centro Espacial Johnson de la NASA y está almacenada la cápsula.
Además de él, esperan muestras el grupo de John Brucato, del Observatorio de Arcetri del INAF (Instituto Italiano de Astrofísica), y el de Elisabetta Dotto, del Observatorio de Roma del INAF. Antes de poder clasificar y distribuir las muestras, tenemos que realizar un estudio preliminar de sus propiedades en Estados Unidos», explica Brucato.
De hecho, la espera es larga porque Bennu pertenece a un grupo de asteroides primitivos llamados condritas carbonáceas, que se cree que datan de la época en que se formó el sistema solar y pueden contener agua y material orgánico.
Se cree que objetos como Bennu liberaron agua y materia orgánica en la Tierra recién formada, dando lugar a la vida en nuestro planeta», explica Elisabetta Dot.
La hazaña de Osiris-Rex reviste una importancia fundamental para la ciencia. Tiene una importancia fundamental porque el material primigenio de uno de los cuerpos menos evolucionados del sistema solar pudo llegar a la Tierra sin contaminarse con el medio ambiente global», añade.
El reto ahora es seguir evitando que se produzca la contaminación. Por ello, la cápsula se mantiene en una cámara estéril saturada de nitrógeno puro. Esto se debe», explica Pajola, «a que existe el riesgo de que la atmósfera terrestre contamine las muestras, en lugar de que el material del asteroide contamine la Tierra».
La cápsula, que aún está cerrada, se someterá en los próximos días a una especie de tomografía computarizada para ayudar a comprender cómo se distribuyen los restos en su interior.
‘Las imágenes se analizarán para determinar su tamaño. ‘Conocer las dimensiones de las muestras tomadas de la superficie del asteroide es importante para decidir cómo distribuirlas en el centro de investigación, pero también es una valiosa fuente de información científica’, afirma de nuevo Pajola.
Sólo una vez concluida esta primera fase de análisis se abrirán las cápsulas.
Después está previsto un largo periodo de investigación, durante el cual las muestras se almacenarán en contenedores llenos de nitrógeno puro, igual que las rocas lunares traídas a la Tierra por el programa Apolo. Todavía no se ha determinado la cantidad de muestras que podrán distribuirse a los centros de investigación», afirma Pajola, añadiendo que, según la NASA, la cantidad total que ha llegado a la Tierra es de al menos 250 gramos. Hemos tomado muestras de un cuerpo celeste primitivo de la misma edad que nuestro sistema solar», afirma Pajola. Esperamos encontrar material orgánico como aminoácidos», añadió, en referencia al hecho de que asteroides similares a Bennu «cayeron sobre la Tierra en grandes cantidades en las primeras etapas de su formación». Hasta ahora se han encontrado aminoácidos en meteoritos, pero el análisis ha llevado tanto tiempo que no se puede asegurar que el material orgánico no sea de origen terrestre.
Esta vez, podría confirmarse que el material, que es el componente básico de la vida, es de origen extraterrestre. (ANSA)’.