ALICANTE. Las peticiones, quejas y reclamaciones registradas por los alicantinos para mejoras en la administración municipal son evaluadas en el marco de la Comisión Especial de Propuestas y Reclamaciones del Ayuntamiento PSOE (Partido Socialista), COMPROMIS (Partido Socialista) y EU Podem (Partido Socialista). Forzaron una reunión extraordinaria de esta comisión, según anunciaron en un comunicado el sábado, «en un momento de creciente preocupación por la descoordinación de las obras, la tala indiscriminada de árboles, los deficientes servicios de limpieza y recogida de basuras y las largas colas en el SAIC».
Los izquierdistas, que cuentan con los votos necesarios para exigir dicha reunión, «dieron un paso al frente ante la desgana del equipo de gobierno del PP, que lleva dos años y medio sin celebrar una reunión y ni siquiera ha cumplido con su obligación de presentar en esta junta sus memorias anuales para 2021 y 2022», señala la nota.
En concreto, la comisión ad hoc de propuestas y reclamaciones del Ayuntamiento de Alicante no se reúne desde abril de 2021. Y ello a pesar de que el reglamento orgánico aprobado ese mismo año establece que estas comisiones de trabajo deben reunirse al menos trimestralmente. El grupo de la oposición critica que «del mismo modo, el Gobierno municipal de Luis Várcara no ha informado al Pleno sobre los informes anuales de quejas y deficiencias en la gestión municipal presentados en los dos últimos años.»
Por tanto, han transcurrido más de dos años desde la última reunión de la Comisión y más de dos años desde que se presentó al Pleno el último informe anual. El artículo 11 del Estatuto de la Comisión establece que las reuniones extraordinarias y urgentes de la Comisión pueden ser solicitadas por al menos una cuarta parte de sus miembros.
«El intento de los responsables municipales de eludir su obligación de rendir cuentas imposibilita el correcto funcionamiento de las instituciones que son imprescindibles para atender y recoger las inquietudes, sugerencias y quejas sobre cuestiones que perjudican y afectan directamente a los ciudadanos. Es, por tanto, un elemento importante para mejorar la administración municipal alicantina, defender los derechos de los ciudadanos, supervisar el funcionamiento de la administración y proponer acciones de mejora», señala la formación de izquierdas.
La concejala del Partido Socialista Victoria Melgosa ha destacado que «es de suma importancia que el equipo de gobierno escuche la opinión de los alicantinos para que el Ayuntamiento de Alicante cumpla con su compromiso de transparencia y participación ciudadana y revise la gestión de la administración municipal, que francamente es muy mejorable». En este sentido, ha añadido, las quejas de los ciudadanos no deben verse como algo negativo, sino que deben utilizarse como una herramienta para mejorar los servicios públicos. Mergosa destacó el trabajo que debe realizar la Comisión «para que se escuche la voz de los ciudadanos y se atiendan sus preocupaciones, ya que tienen derecho a hacerlo».
Por su parte, la concejala de Compromís, Sara Llobel, ha afirmado que «insta encarecidamente a que se vuelva a poner en marcha el mecanismo para aprobar esta ordenanza de transparencia y buen gobierno, ya que el procedimiento sigue pendiente». Esta exigencia responde a un informe de Sinjic de Gruegues de hace dos años, que demostraba que el Ayuntamiento de Alicante incumplía sistemáticamente la ley de transparencia y buen gobierno. ‘En aras de la transparencia y el buen gobierno, hay que cambiar la opacidad de la gestión municipal del Partido Popular’
El portavoz de EU Podem, Manolo Copé, afirmó que ‘esta comisión tiene la responsabilidad de defender los derechos de los ciudadanos, supervisar el funcionamiento de la administración pública y hacer recomendaciones de mejora’. En este sentido, expresó que ‘es una obligación moral utilizar todos los medios a nuestro alcance para garantizar una participación ciudadana cada vez de mayor calidad en la gestión pública’. ‘Esta Comisión debe cumplir una doble función: por un lado, estimular a los ciudadanos como usuarios para que actúen y, por otro, mejorar la eficacia de los servicios de que disponen analizando y corrigiendo disfunciones y errores’. Sin embargo, vivimos en una ciudad con un alcalde que mantiene su gestión de espaldas a los alicantinos».