11 Sept Madrid (EUROPA PRESS) = joint
La ESA está probando un cultivo de kombucha, conocido por sus propiedades fermentativas y potenciales beneficios para la salud, para evaluar su resistencia en el espacio.
La biopelícula multicelular que se encuentra en la kombucha, un té fermentado originario de Oriente, ha demostrado su potencial para sobrevivir en ambientes hostiles en la Tierra, lo que ha llevado a los científicos a investigar su potencial para soportar las condiciones extremas del espacio. Los microorganismos se están considerando incluso como biofactorías para sistemas de soporte vital autosostenibles para la habitabilidad espacial.
La instalación Expose de la ESA llevó a cabo experimentos en la Estación Espacial Internacional para investigar si las bacterias podían sobrevivir en entornos espaciales y marcianos simulados, y de qué manera.
Se tomaron muestras desde el exterior de la estación espacial. Los resultados mostraron que un microorganismo, la cianobacteria, era capaz de reparar su ADN y reanudar la división celular incluso después de la exposición a la radiación espacial, y resistía los iones de hierro destructivos que pueden causar daños celulares importantes.
En muchos organismos, los tejidos, como la piel humana y las biopelículas bacterianas, se regeneran multiplicándose constantemente mediante el proceso de división celular. El mecanismo por el que estas células dejan de dividirse hasta que se repara el daño en el ADN sigue siendo un misterio, pero los investigadores creen que un gen específico, el gen sulA, puede desempeñar un papel. El gen sulA actúa como una señal de tráfico para las células. Detiene la división celular hasta que se repara el ADN, igual que un semáforo en rojo detiene la marcha de un coche. El gen es una parte importante del sistema de seguridad de la célula, ya que garantiza que se repare cualquier daño antes de que la célula siga proliferando.
Otro experimento reveló que los grupos de células proporcionan microhábitats para especies más pequeñas. Esto indica que algunas células pueden «hacer autostop» por el espacio dentro de grupos de células más grandes, protegiendo a los autoestopistas.
La protección planetaria es un conjunto de protocolos para evitar que la contaminación biológica y química nociva de la Tierra llegue a otros planetas, satélites y cuerpos celestes. Estos experimentos ayudan a comprender cómo los grupos de células y las biopelículas protegen contra las condiciones extremas del espacio y evitan la contaminación de las misiones espaciales. También podrían utilizarse para proteger a los organismos que viajan durante más tiempo en el espacio.
Los microorganismos también pueden ser valiosos «modelos de radiación». Al entender cómo reaccionan estos microorganismos, los investigadores pueden adquirir conocimientos para comprender y mejorar la salud y el bienestar humanos. Esto incluye el desarrollo de estrategias de protección radiológica para los astronautas.
Las futuras misiones Artemis a la Estación Gateway en órbita lunar podrían incluir el cultivo de microorganismos en la superficie lunar.
Petra Rettberg, Jefa del Grupo de Astrobiología del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), afirmó en un comunicado que «estos cultivos muestran un gran potencial para apoyar una presencia humana a largo plazo en la Luna y Marte».
Nicole Caplin, científica de exploración del espacio profundo de la ESA, añadió: «Con su capacidad para producir oxígeno y actuar como biofactoría, esta biotecnología tiene el potencial de mejorar significativamente las futuras misiones espaciales y los esfuerzos de exploración espacial tripulada.»