Washington, 1 sep (Prensa Latina) Aunque la incidencia de la fiebre Zika en las Américas es baja en comparación con otros arbovirus, la OPS instó hoy a mantener las medidas de vigilancia y control para prevenir futuras epidemias. instó hoy a mantener las medidas de vigilancia y control para prevenir futuras epidemias.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde su primera detección en Brasil en marzo de 2015, se ha confirmado la transmisión local de la fiebre Zika en todos los países y territorios de la región, excepto Chile continental, Uruguay y Canadá.
Entre 2014 y 2023, el 89% de los casos registrados se concentraron en 10 países, principalmente en Brasil, Colombia y Venezuela.
Según datos de la OPS, a diferencia de otros arbovirus como el dengue y el chikungunya, que tienen más de 3 millones y 324 000 casos respectivamente hasta 2023, la incidencia de la fiebre Zika es mucho menor, con 27 000 casos diagnosticados en ese período.
Thais dos Santos, asesora de la OPS en vigilancia y control de enfermedades por arbovirus, dijo que es esencial reconocer el vínculo entre la vigilancia de la infección aguda por fiebre Zika y el desarrollo de síndromes neurológicos como el de Guillain-Barré.
La optimización de este enfoque, dijo, garantizará que se conozca bien la fiebre Zika y se esté preparado para tomar medidas preventivas.
También subrayó la importancia de mantener niveles adecuados de vigilancia para prevenir futuras epidemias, haciendo hincapié en la importancia de un diagnóstico de laboratorio preciso y abundante, así como en la importancia de formar al personal sanitario a todos los niveles y en todas las etapas.
Esto garantizará la detección oportuna de la fiebre zika y la aplicación de medidas de control adecuadas y eficaces», subrayó.
La circulación del virus transmitido por mosquitos se ha confirmado en 89 países de todo el mundo, y en los últimos años se han observado aumentos esporádicos, aunque el nivel de incidencia sigue siendo bajo.
Según los expertos, la mayoría de las infecciones transmitidas por mosquitos son asintomáticas o leves y muy difíciles de detectar por el sistema sanitario.
Las mujeres embarazadas son especialmente susceptibles y pueden inducir malformaciones congénitas fetales como la microcefalia, aumentar la probabilidad de parto prematuro e inducir abortos.