Valencia, 18 Sep (EUROPA PRESS) -.
La granizada del pasado domingo en la comarca de Requena (Valencia) ha “rematado” una desastrosa cosecha de uva de vino esta campaña, que se ha visto muy afectada por la sequía y los precios, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
La superficie afectada es de aproximadamente 4.000 hectáreas, principalmente en las comarcas requenenses de Los Isidros, Los Duques, Campo Arcis y La Portela, donde se esperan reducciones de cosecha de hasta el 100% en más de 1.000 hectáreas.
Las tormentas fueron muy fuertes y en muchos casos causaron daños en las propias cepas, destruyendo las yemas que se convertirían en plantones para la vendimia del próximo año. Esto, unido al debilitamiento de los viñedos por la “brutal” sequía de esta temporada, hace peligrar la cosecha del próximo año, según han advertido las organizaciones agrarias.
Los temporales de piedra y viento también afectaron a Vilamarchant, Pobla de Balbona, Benizano y Benaguacil, en la comarca del Camp de Túria, causando graves daños en los cultivos de cítricos y hortícolas.
Por su parte, COAG ha solicitado a la Administración de Información Alimentaria (AICA) que, por iniciativa propia, realice una campaña de inspección exhaustiva de los contratos de compraventa de uva de vinificación presentados por las grandes bodegas.
‘A pesar del aumento de los costes de producción para los viticultores, y de que se espera que los rendimientos de la cosecha sean los más bajos de la última década, el precio de la uva está claramente por debajo del coste, lo que supone una infracción de la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria. Dependiendo de la región y la variedad, los precios cotizados muestran una caída de hasta el 30% en comparación con 2022″, señala la organización.
Con estos precios, según los cálculos del servicio técnico de la organización, un viticultor tipo perdería una media aproximada de 1.200 euros por hectárea. El coste de producción alcanza los 0,52 euros/kg, muy por encima de los 0,36 euros/kg del Tempranillo tinto.
‘Es intolerable que las grandes bodegas se salten la ley y obliguen a los agricultores a vendimiar a pérdidas. No vamos a permitir que los viticultores pierdan sus puntos de entrega de uva ni que se vean obligados a firmar contratos sabiendo que el coste de producción no se puede cubrir con los precios ofertados’, afirma Joaquín Viscaíno, responsable del área de vino de COAG.
La página web de la organización cuenta con un buzón digital de denuncias sobre posibles incumplimientos de la ley de la cadena alimentaria. Esto permite a cualquier agricultor ponerse en contacto con un experto jurídico e informarle de posibles infracciones. El equipo técnico investiga cada caso y, si hay pruebas suficientes, tramita la correspondiente denuncia a AICA en el plazo y formato adecuados.
