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Los verdaderos mercenarios están en Cuba

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LA HABANA, Cuba. -- Agobiada por las demenciales políticas de un estéril socialismo dictatorial, y en medio de todas las calamidades y desastres que hoy sufre Cuba, una nueva 'telenovela' sacude a l.

LA HABANA, Cuba. — Agobiada por las demenciales políticas de un estéril socialismo dictatorial, y en medio de todas las calamidades y desastres que hoy sufre Cuba, una nueva ‘telenovela’ sacude a la opinión pública. Aunque parezca mentira, después de décadas de escuchar la retórica simplista del régimen, Cuba, la mayor de las Antillas, ¡ha resultado ser un terreno fértil para el reclutamiento de mercenarios!

Hace unos días, la información que desencadenó el escándalo procedía de un influencer que se hacía llamar Paparazzi Cubano. Gracias a este informador, se conoció la situación de los jóvenes Alex Vegas Diaz y Andolf Velázquez García.

Los dos cubanos, que parecían adolescentes, casi niños, denunciaron las arbitrariedades y engaños que habían sufrido al firmar contratos en un idioma ruso que desconocían. Sin embargo, hay que cuestionar algunos aspectos de la denuncia de estos jóvenes. Pero al mismo tiempo (y lo que es más importante), de sus palabras se desprende una convicción irrefutable. Además de toda la miseria que sufrimos en Cuba, nuestra patria se ha convertido en una fuente de «carne de cañón» para la invasión rusa de Ucrania, la agresión imperial de esta época.

Esta acusación no es nueva. Durante años -y hasta el día de hoy- los Castro acusan a cualquiera que se les oponga de ser un sicario «imperial». En su opinión, ellos (nosotros) son «mercenarios» ordinarios. De hecho, es sorprendente que incluso en esta coyuntura todavía haya plumíferos o bocazas al servicio del régimen que profieran esta calumnia. Y sorprende después de la lapidaria respuesta de «Coco» Fariñas a estos argumentos.

El combativo psicólogo villaclareño, como todos los demás opositores y disidentes, es tildado de mentiroso que quiere ser notorio. A esto, el fundador de FANTU (Foro de Coaliciones Antitotalitarias) respondió hace unos años en un programa con el conocido periodista Juan Manuel Cao: ‘Yo creo que el Gobierno es un mentiroso’.

En aquel momento, los partidarios del gobierno podían afirmar que el reclutamiento de cubanos (y su envío a morir y ser asesinados en guerras en tierras extranjeras) lo hacían las autoridades de la isla de Cuba. El hecho es que el régimen de La Habana, que se enorgullece de controlar todo lo que ocurre en el vasto territorio (a través de la policía política y otras organizaciones represivas), ha tolerado actividades similares por parte de extranjeros supuestamente privados en suelo isleño.

Y cabe señalar que si el castrismo ha tomado conciencia de esta escandalosa situación, no ha sido de forma espontánea, sino como respuesta a acusaciones publicadas en prácticamente todos los medios independientes. Según un comunicado de la Cancillería emitido el 4 de enero de este mes, «los enemigos de Cuba promueven informaciones tergiversadas que buscan empeorar la imagen de Cuba y la presentan como cómplice de estos hechos, lo cual rechazamos categóricamente».

Rechazo aparte, el régimen castrista parece empeñado en aplicar la frase «haz lo que yo digo, no lo que yo hago». Cabe recordar aquí las palabras del representante de Cuba ante la ONU, Pablo Berti Oliva, en septiembre de 2017, en un evento con el interminable título de ‘Diálogo con el Grupo de Trabajo sobre la utilización de mercenarios como medio para violar los derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de autodeterminación de los pueblos’. Cuba reitera su preocupación por la persistencia del reclutamiento y utilización de mercenarios, incluso en sus formas y formatos más novedosos, en violación de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas». Y añadía: «Hacemos un llamamiento a todos los Estados para que se mantengan vigilantes frente al fenómeno del mercenarismo y adopten todas las medidas necesarias para prevenirlo y combatirlo». Lástima que La Habana no haya mostrado ningún interés.

El miércoles 6 de junio se añadió un nuevo capítulo a este confuso «culebrón». Diario de Cuba informaba de que un miembro de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas) llamado Lázaro González declaró a un canal de televisión estadounidense. ‘Un ex oficial de las FAR que participó en la guerra de Rusia contra Ucrania niega haber traficado con fines de reclutamiento’.

Es evidente que este señor trata de dar una explicación que no antagonice con el régimen de La Habana, hasta el punto de que ante la pregunta obvia de si una operación de este tipo podría llevarse a cabo ‘sin el conocimiento y permiso del gobierno cubano’, respondió tranquilamente ‘no lo sé’. Pero sean cuales sean sus intenciones, de sus declaraciones se desprende que casi 100 cubanos («no 90», dice) integran una compañía de tropas rusas dirigida por el propio Lázaro.

También afirma que las acusaciones de abusos supuestamente sufridas por los jóvenes Andorf y Alex son ‘mentiras’. Afirma que los cubanos sólo están en la cuarta fila en Ucrania (porque, según él, no están ni en la primera, ni en la segunda, ni en la tercera fila). Luego admite que todos estos antillanos «reciben un salario de unos 2.000 dólares». ¡Eso si no son mercenarios!

Volviendo a la declaración del MINREX cubano, sería estupendo que, además del párrafo literario («Cuba tiene una firme y clara posición histórica contra el mercenarismo»), adoptara una posición menos retórica y más concreta. Por ejemplo, debería nombrar los países extranjeros implicados en el reclutamiento y anunciar qué personas concretas (si las hay) han sido detenidas como resultado de las investigaciones (para que podamos ver qué hay de cierto en la afirmación «se han iniciado procesos penales contra los implicados en estas actividades»).

Además, teniendo en cuenta que, según el material publicado por la propia ONU, uno de los objetivos del Grupo de Trabajo es realizar ‘visitas a los países para investigar el impacto de las actividades de los mercenarios, sus agentes o las empresas militares y de seguridad privadas en el disfrute de los derechos humanos en sus países’, el Grupo de Trabajo con el largo título de Cuba Podría solicitarse la visita al país.

Artículo de opinión.

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad personal del autor y no representan necesariamente los puntos de vista de Cubanet.

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