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Queremos justicia para las víctimas de las bandas»

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Dajabón "Se acabaron nuestras vidas y nuestras ganas de vivir. Tenemos que irnos", dice Denisse Medina, hija de Carmelina y Ramón, y hermana de Daniel. Tras el entierro de Carmelina Cabreja (49), s.

Dajabón «Se acabaron nuestras vidas y nuestras ganas de vivir. Tenemos que irnos», dice Denisse Medina, hija de Carmelina y Ramón, y hermana de Daniel.

Tras el entierro de Carmelina Cabreja (49), su esposo Ramón Medina (60) y los hijos de la pareja, Daniel Medina (20) y Charlie Quesada (17), en el asentamiento Aminija, Partido, Dajabón, familiares y amigos no salen de su asombro y dolor por la tragedia. No han podido.

Según Medina, otro hermano, Cristian Lopes, que resultó herido en la tragedia, se dirigía a su coche para recoger dinero para dárselo a los agresores cuando oyó los disparos.

Vi que habían envenenado a su perro unas semanas antes y tuve el presentimiento de que algo malo iba a ocurrir. Era una señal de que le seguían», dice Roberto Cabreja, el padre de Carmelina.

Constantemente inquieta, la madre de Carmelina pidió a su hija que se quedara en casa con ella, pero ella no quería dejar a su familia.

«Supuestamente, tenían un buen motor y querían robar. Pero no iban a cometer esta atrocidad por un motorcito», dijo Milena Medina, hermana de Papito.

Denise dijo que sus familiares eran personas buenas, trabajadoras, cariñosas y de buen corazón.

Mi madre era muy buena persona. Cuando pasábamos por Haití y bajábamos con hambre, nos traían comida y agua’, recordó con una sonrisa.

La fiscalía local presentó el pasado miércoles ante la autoridad de control permanente de este partido judicial una solicitud de medidas cautelares, consistentes en 18 meses de prisión preventiva para los afectados.

La medida fue solicitada por la Fiscalía contra Frandi Rouimenez, acusado de tener vínculos con Delisie Watson (asesinada por la policía) y otras personas (hasta ahora no identificadas, se presume que de nacionalidad haitiana).

No podemos permitir que haitianos acaben con la vida de dominicanos. Si las autoridades no hacen nada y aceptan el dinero para dejarlos entrar, la comunidad debe unirse y defenderse a su manera’, dice Mirena.

Añaden que tienen pruebas suficientes para condenar a los autores de este crimen.

Las autoridades están investigando más a fondo.

La comunidad de La Gora pide el desalojo completo de todos los residentes haitianos de la zona y sus alrededores.

El residente Bianer Cabreja subrayó: «No podemos soportar más problemas haitianos y lamentablemente no queremos haitianos en toda esta comunidad.»

Por eso, a las 6 de la tarde, el Centro Educativo José Francisco Herrera «cierra todas las puertas» y suspende las clases. Otro crimen tuvo lugar el pasado mes de agosto, a un kilómetro de donde se produjo el asesinato de cuatro personas en la comunidad de Aminilla.

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