Dajabón, República Dominicana – Tomás carga su camión para renunciar a sus pollos. Ya no puede vender sus pollos porque la frontera entre Dominica y Haití ha sido cerrada.
Hemos perdido millones de dólares», dice Tomás Liberato a EFE. Junto con otros productores afines, ‘vendíamos nuestra mercancía al otro lado de la frontera’, dábamos crédito a los compradores haitianos y ‘les pagábamos en dos días’. Sin embargo, cuando se cerró la zona de Dajabón (noroeste de la República Dominicana) debido al conflicto del canal, ni siquiera pudieron recoger la mercancía depositada.
El presidente dominicano, Luis Abinader, ordenó el 15 de septiembre el cierre total de la frontera con Haití en represalia por la construcción de un canal de riego en el lado haitiano del río Masacre, donde ambos países comparten el agua, y el bloqueo en Dajabón comenzó el 6 de septiembre, con consecuencias económicas de varios días.
El Gobierno dominicano ha tenido que apoyar a los productores que se ganan la vida vendiendo sus productos a compradores haitianos, principalmente a través del mercado bilateral, que normalmente se celebra dos veces por semana, pero que ahora está siempre desierto.
Entre las medidas anunciadas están la reestructuración de la deuda de los productores y la concesión de préstamos a interés cero a través del Banco Agrícola y la comercialización de los productos que no se están vendiendo debido al cierre de la frontera a través de la Agencia de Estabilización de Precios (Inespre).
Además, se instalarán comedores económicos a lo largo de la frontera y se distribuirán raciones alimenticias a través del Programa Social de la Presidencia.
Sin embargo, Tomás no ha puesto ningún pollo sobre el terreno. Explicó que, como parte del plan del Gobierno, se suponía que compraría los pocos pollos de los que ahora intenta disponer para el comedor social, pero le ‘dijeron que tengo que llevarlos a Montecristi, Santiago Rodríguez y Mao’.
Si esta situación continúa, «tendremos que emigrar porque aquí no podemos morir». El ochenta o noventa por ciento de la gente vive en este mercado bilateral».
La desesperación de los comerciantes
A medida que los productores se ven asfixiados económicamente, la situación de los comerciantes también empeora.
Noel Fernández Sosa, presidente de la Asociación de Comerciantes y Detallistas del Mercado de Dajabón, dijo a EFE que el mercado, que no se ha celebrado hasta ahora en cuatro ocasiones (8, 11, 15 y 18 de septiembre), está perdiendo ‘decenas de millones de pesos por mercado’.
Los que dependen del comercio con Haití están «desesperados» y «no pueden pagar sus préstamos porque no pueden vender sus productos a los clientes haitianos y esto está provocando malestar social», dijo el dirigente sindical.
Durante una visita al Ministro de Industria y Comercio de Dominica, Victor Bissonneau, le entregaron una carta en la que exigen ‘préstamos sin intereses para todos los comerciantes y una prórroga de seis meses para que comiencen los pagos’.
Esto se da particularmente en momentos en que el Gobierno dominicano inició el miércoles los trabajos para reactivar la bocatoma del río Disunion, que está más alta que donde se construye el canal de riego en el lado haitiano del río. Según Homero Figueroa, director de Relaciones Públicas de la Presidencia dominicana, «esto garantizará agua a cientos de productores agrícolas». El mensaje es similar al emitido el jueves por el Ministerio haitiano de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural, que reafirmó la posición del Gobierno haitiano de seguir adelante con la construcción del canal del río Masacre.
El ministerio defiende el derecho de «Haití a beneficiarse de forma equilibrada de los recursos que comparte con la vecina Dominica» y mantiene «una posición favorable a los intereses de los agricultores y campesinos de la llanura de Maribahou».