Economicas

‘Cabeza Fría Nacional

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Cuando el empresario Fernando Capellán renunció a la presidencia de la Asociación de Desarrollo de Santiago (APEDI) para enfrentar las consecuencias económicas y legales del cierre del complejo de la zona franca Codevi en Dajabón, grupos supranacionales lo acusaron de presionar al gobierno para reabrir la frontera.

Uno de estos líderes conservadores propuso al pastor instar a los 19.000 trabajadores de su consorcio industrial a realizar una manifestación contra la construcción de un canal sobre el río Dajabón en el lado haitiano, como si fuera sano que los grupos empresariales dominicanos interfirieran en tales temas.

Durante una visita al restaurado Canal Lavisia, que desvía 1,5 metros cúbicos de agua por segundo hacia el lado dominicano de la masacre, el presidente Luis Avinader confirmó que su gobierno reanudaría el comercio manteniendo la frontera cerrada al traslado de personas.

El conflicto con Haití por la construcción ilegal e irregular de este canal durará mucho tiempo, ya que varios grupos de interés, incluidos el gobierno, las élites económicas y las pandillas armadas, se unen en torno a este sinsentido.

Una revisión de las Cuentas Nacionales, el entorno internacional y el diseño del presupuesto 2024 muestra que el gobierno carece de la capacidad financiera para subsidiar a cientos de empresas, industrias, agroindustrias y productores agrícolas que participan en el comercio bilateral.

La crisis de reputación que enfrenta la República Dominicana hoy en día es causada por la reiterada condena de la diplomacia haitiana.Aquí negamos el agua y la comida.1. Otra razón adicional para reanudar el comercio con los vecinos, incluso si el Grupo Ultra corre el riesgo de acusar al propio presidente de traición a la patria.

El gobierno debe gestionar los riesgos para la soberanía y la seguridad nacional que plantea la posible intervención de fuerzas militares internacionales en Haití, especialmente después de que Kenia advirtiera que esta no era una misión de paz, sino una misión de control y contención.

Las operaciones de estas unidades militares no tuvieron lugar en la Catedral de Puerto Príncipe, sino en asentamientos humanos controlados por bandas armadas, lo que provocó enfrentamientos y desmovilización de la población.

No se niega que las fronteras estén bien vigiladas por los militares, pero el resurgimiento de los migrantes no podría enfrentar solo el uso de la fuerza, por lo que a partir de ahora es necesario prever que los refugios estén operando en el lado haitiano.

Es alentador saber que el Presidente Abinader está en condiciones de reanudar el comercio bilateral, lo que permitirá que el pueblo haitiano y 24.000 trabajadores vuelvan a trabajar en las dos zonas francas cerradas por el cierre de la frontera.’.

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