El 19 de octubre se celebra el Día Internacional del Cáncer de Mama por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este día pretende concienciar a las mujeres de todo el mundo sobre la importancia de someterse a exámenes mamarios periódicos para detectar anomalías.
Además de promover el diagnóstico precoz, el día pretende garantizar que las mujeres tengan acceso a información, cribado y tratamiento oportuno de la enfermedad.
Según la OMS, el cáncer de mama representa el 16% de todos los cánceres en pacientes femeninas, pero se calcula que una de cada ocho mujeres lo desarrollará a lo largo de su vida, lo que lo convierte en la principal causa de muerte entre las mujeres de todo el mundo.
A pesar de que el cáncer de mama es una enfermedad prevenible si se detecta a tiempo, una realidad igualmente aterradora es que la mayoría de las mujeres que mueren de cáncer de mama proceden de países pobres, de renta baja y subdesarrollados, donde el acceso a la atención sanitaria es escaso y a veces inexistente.
El cáncer de mama es un tumor que se desarrolla en el tejido mamario, ataca gradualmente a las células sanas y puede extenderse a otras partes del cuerpo a través de la sangre y los vasos linfáticos en un proceso llamado metástasis.
Es una enfermedad terriblemente dolorosa y hay que tener en cuenta que también puede afectar a los hombres, aunque en menor grado.
La OMS recomienda una serie de medidas preventivas, entre ellas la autoexploración mensual de las mamas, es decir, tocarse el pecho para comprobar si hay durezas y bultos, y someterse a un examen ginecológico al menos una vez al año, con mamografía y ecografía.
Otros signos a los que hay que prestar atención son el endurecimiento de las mamas, el dolor, la caída del pezón y la pérdida de líquido por el pezón, que deben ser revisados inmediatamente por un médico.
Los avances científicos han hecho posible la detección precoz y el tratamiento eficaz, pero el objetivo es que las mujeres presten más atención a las señales de su cuerpo.
El diagnóstico inicial de cáncer actúa a menudo como un estigma, creando una gran depresión y bajando nuestras defensas. Por eso, cuidarnos a nosotras mismas también significa cuidar a quienes nos quieren y se preocupan por nuestro bienestar.