Las Vegas – ¿Tan bueno es Canelo o tan malo es su rival? Realmente, es una pregunta que podría parecer simple, pero no lo es. Al menos, para mí no lo es.
Simplemente no entiendo cómo este mexicano de 33 años puede pasar tranquilamente por encima de púgiles que son campeones de pleno derecho, como hizo en su victoria por decisión unánime sobre el estadounidense Jermell Charlo, que llegó a la ciudad como campeón indiscutible del peso superwelter (154 libras).
¡Peso superwélter! Antes del combate, que tuvo lugar en el peso superwélter (168lb) y acabó en monólogo de Canelo, había una diferencia de 14lb entre uno y otro protagonista de cada pelea.
Según los datos de Compubox, Canelo lanzó menos que Charlo (385 x 398) pero tuvo más jabs (56 x 40) y golpes de potencia (78 x 31). Canelo pesó más que Charlo, pero otra estadística es más importante para juzgar qué tipo de pelea vimos en el T-Mobile Arena.
Charlo no tuvo ni un solo asalto en el que asestara golpes de dos dígitos, ni siquiera cerca de su media en sus 11 combates anteriores a esta pelea (véase la tabla). Traducido al inglés, sus oponentes tuvieron cero. Como me comentó un conocido colega: «Es un gran luchador, es un gran jugador». Pues sí, tuvo que vivir con ello.
Después de la pelea, Charlo dijo: ‘Sentí la diferencia de peso, es cierto, salté 14 libras. No me quejo de mi categoría de peso. Me propuse ser un gran boxeador, pero a veces no es suficiente».
No soy bajo, soy muy bajo. Puede que no estén de acuerdo conmigo, pero me dio la impresión de que el menor de los gemelos Charlo tenía amnesia y se había olvidado de cómo pelear. Era como si sólo hubiera subido al ring para cobrar el cheque que llevaba esperando desde su debut profesional en 2008.
No justificó su actuación ……. Sentí que no era yo el que estaba ahí».
Canelo no brilló, pero hizo un trabajo lo suficientemente bueno como para entusiasmar a la arena y mantenerla en ‘modo controversia’.
Esta vez por 14 libras, antes por una cláusula de hidratación, y antes por un rival de muy bajo nivel, ¿y para seguir?
Siempre es algo y Canelo lo sabe. Debería saberlo.
No es paranoia, pero parece que nos manipula a su antojo. Como un titiritero que mueve los hilos de una marioneta.
Extiende el cebo y espera pacientemente a que piquemos. Como decía Salvador Dalí: «Hablen bien o hablen mal, lo importante es que hablen de mí».