Miami, 20 oct (EFE) – El rápido avance de la inteligencia artificial (IA) y su aplicación en diversas tareas y a nivel empresarial está transformando rápidamente a la sociedad, pero aún existe un «alto nivel de desconfianza» hacia la IA en América Latina, dijo este viernes a EFE un experto en esta nueva tecnología en la región.
Alejandro Anderlich, director de asuntos gubernamentales y políticas públicas de la empresa tecnológica Salesforce, dijo que en la región hay «importantes restricciones de acceso» a esta tecnología, «miedo a que los empleados pierdan su trabajo» y, sobre todo, a que los datos personales se y, sobre todo, la «desconfianza general» a la hora de compartir datos personales, son factores que dificultan el desarrollo de esta tecnología, afirmó.
Salesforce, la compañía estadounidense de software en la nube, participa en el simposio anual del Consejo de las Américas/Council of the Americas (COAS), donde esta noche se celebra la ceremonia de entrega de los Premios Bravo 2023.
En una entrevista con EFE, Anderick señaló que existe una desconfianza generalizada hacia la IA en la región, donde el 76,8% cree que compartir datos personales tiene «más riesgos que beneficios», además de «bajos niveles de ciberseguridad».
Riesgos y ética de la IA
Los argentinos reconocen que si bien la IA tiene un «enorme potencial», también tiene riesgos. Por ello, Salesforce aboga por una «inteligencia artificial ética». No porque la tecnología sea buena o mala, sino porque todo «depende de cómo la usemos».
Desde 2018, Salesforce ha creado una ‘Oficina de Uso Ético y Humano’ centrada en desplegar una IA «fiable, responsable, inclusiva y transparente» que rinde cuentas a través de un ‘Consejo Asesor de Uso Ético’.
Un abogado de la Universidad Católica Argentina destacó la naturaleza de «herramienta poderosa» de la IA, afirmando que «gracias a su capacidad de procesamiento, ayuda a proponer ideas y contenidos que las personas pueden desarrollar».
En el ámbito empresarial, los usos potenciales de la IA son «enormes». Algunos ejemplos son la programación de reuniones, la organización de archivos, la gestión de tareas administrativas, la escritura de código, el diseño de productos y la creación de contenidos y estrategias de marketing.
También se puede utilizar para ofrecer atención al cliente a través de chatbots y acelerar los descubrimientos científicos, y la automatización de tareas como las anteriores puede hacer que los equipos sean «más productivos y eficientes», afirma Anderlik, antiguo director de empresa en Microsoft.
Dejó claro que en Salesforce, ‘los datos de los clientes no son nuestro producto’, pertenecen al cliente: ‘El respeto a la privacidad, la seguridad y la propiedad de los datos es clave para que la tecnología sea percibida como digna de confianza’.
Este es uno de los puntos clave de la llamada IA generativa. Se trata de aprovechar la capacidad de generar contenidos sin perder el control de la información compartida en el prompt, es decir, el espacio para escribir lo que se quiere que haga la IA.
La cuarta revolución industrial y la brecha
La IA, el aprendizaje automático, la computación en la nube, el análisis de datos y el Internet de las Cosas (IoT) están «teniendo un enorme impacto en la forma en que vivimos en el mundo laboral».
En primer lugar, el «asombroso ritmo de cambio», y en segundo lugar, el «impacto», no sólo de la tecnología en sí, sino de la «profunda transformación de los sistemas interconectados en nuestra sociedad», desde la política a la economía y la forma en que se gobiernan los países.
A la pregunta de si la IA podría aumentar las desigualdades sociales, Anderic explicó que en América Latina se trata de una cuestión muy importante. Por ello, Salesforce considera fundamental la «democratización» de esta tecnología, es decir, que todos tengan acceso a ella y a sus beneficios.
Destacó que «América Latina tiene un gran potencial en este aspecto por su capacidad humana y porque es un semillero de ideas que pueden potenciar a la región.»