De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades económicas del país, todo muestra que la economía dominicana está entrando en una etapa de desaceleración. En los primeros 8 meses de este año, la tasa de crecimiento económico es solo del 1,5%, lo que indica que es poco probable que la tasa de crecimiento alcance el 3% para fin de año.
Cabe destacar que entre 2004 y 2022, la economía dominicana creció a una tasa promedio anual de 5.2%.
Otro dato confirma la desaceleración de la economía dominicana. Las exportaciones para los primeros 8 meses de 2023 disminuyeron alrededor del 4% en comparación con el mismo período del año pasado.
Sin duda, no alcanzará el objetivo de crecimiento del 4% que se proyectó para este año.
Según las autoridades, la desaceleración de la actividad económica interna en el transcurso de este año tiene que ver con un debilitamiento de la demanda interna y un deterioro de las perspectivas internacionales. Señalan que estos factores están asociados con el endurecimiento de las condiciones financieras para aliviar las presiones inflacionarias. Si el banco central eleva las tasas de interés para controlar la inflación, esto podría tener un efecto de enfriamiento en la economía
Vale la pena agregar al aumento de los costos, ya que los precios más altos de las materias primas y los salarios más altos pueden reducir los márgenes de ganancia corporativos y reducir la inversión y el empleo de los empleados. Además, factores como los problemas económicos internacionales, las disputas comerciales y los desastres naturales pueden tener un impacto negativo en la economía de un país.
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En cuanto a 2024, las bajas previsiones de crecimiento en los países desarrollados, la tasa de crecimiento de Estados Unidos es menor que en 2023, la Unión Europea vive una situación de gran incertidumbre, y también el pronóstico de que Alemania (la locomotora de Europa) está paralizada y el comercio global sigue débil, es difícil aceptar que la economía dominicana alcance la meta del 5%, como lo pronostican las autoridades nacionales y el Fondo Monetario Internacional. Es difícil.
También es necesario señalar los límites de las políticas monetarias y fiscales como motor de crecimiento en el contexto internacional de altas tasas de interés, que constriñen a los bancos centrales. A esto hay que añadir que la capacidad financiera del Estado dominicano es baja.
Cabe señalar que la disminución del crecimiento económico en la República Dominicana puede tener un conjunto de consecuencias que afectan diferentes aspectos de la sociedad.
En primer lugar, una disminución del crecimiento económico conduce a una disminución de la creación de empleo y a un aumento del desempleo y el subempleo. Esto puede afectar negativamente la generación de ingresos familiares y provocar un aumento de los niveles de pobreza.
En segundo lugar, a medida que disminuyen las oportunidades de empleo y el crecimiento económico, los ingresos de las personas tienden a estancarse o disminuir sustancialmente. Esto puede conducir a una disminución en los niveles de vida y afectar la capacidad de las personas para satisfacer las necesidades básicas.
En tercer lugar, si el crecimiento económico se desacelera, es posible que haya menos recursos disponibles para financiar servicios públicos importantes como la educación, la salud y la seguridad social. Esto puede conducir a una disminución en la calidad de estos servicios y afectar negativamente a la población.
En este sentido, cabe señalar que, en medio de un crecimiento económico débil, es difícil para el gobierno recaudar suficientes ingresos fiscales para cubrir el gasto, lo que puede generar déficits presupuestarios y acelerar aún más el endeudamiento público. En este contexto, las inversiones en infraestructura como carreteras, puertos y energía se verán afectadas.
Pero lo más preocupante de esta situación es que una disminución en el crecimiento económico puede llevar a un aumento del descontento entre la población y causar tensiones sociales y políticas, que pueden manifestarse en protestas y disturbios, que pueden afectar negativamente la estabilidad del país. Hay muchos ejemplos de esto en los países latinoamericanos.
Hoy, mañana y pasado mañana son escenarios vagos.’.