La intervención de Estados Unidos nunca ha sido más necesaria para impedir el genocidio que el gobierno israelí amenaza contra la población palestina de Gaza.
Por muy justificada que esté la respuesta a la masacre de israelíes por parte de Hamás, no se puede permitir que el gobierno de Benjamín Netanyahu extermine a más de un millón de personas.
No todos los palestinos simpatizan con los métodos de Hamás, ni necesitan abandonar sus hogares sin saber adónde van para no convertirse en víctimas de la campaña de tierra quemada propuesta por Netanyahu.
Egipto y otros Estados árabes han rechazado el ultimátum de que los residentes del norte se trasladen al sur a menos que se cree un corredor humanitario. Israel ha cortado el agua y la electricidad y ha restringido el suministro de alimentos.
De los aproximadamente 2.000 palestinos que el gobierno israelí afirma haber eliminado, la mayoría son civiles, incluidos ancianos y niños. Buscando una solución diplomática o humanitaria al conflicto, Estados Unidos ayudaría a evitar que la guerra se intensificara y se siguieran perdiendo vidas palestinas inocentes.
Europa, como aliada de Israel, también debe intervenir de forma significativa, teniendo en cuenta que no todos los palestinos son terroristas. Los ataques anunciados por Israel no sólo han puesto nervioso al mundo, sino que corren el riesgo de pasar de víctimas a victimarios”.
