EEUU – Los enfrentamientos en Israel han desencadenado otra primaria presidencial republicana, revelando una importante división en política exterior mientras los candidatos buscan diferenciarse en una contienda dominada por el expresidente Donald J. Trump.
En un discurso sobre Israel pronunciado el martes en el Instituto Hudson de Washington, el senador Tim Scott, de Carolina del Sur, dijo: “Siempre condenaré el antisemitismo, el pacifismo y la debilidad de la izquierda radical, pero también criticaré a los conservadores por su debilidad y confusión”.
Apartándose de su habitual estilo de campaña no combativo, Scott criticó al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y al empresario Vivek Ramaswamy.
También describió la guerra en Ucrania como una “cuestión territorial”, de lo que el gobernador DeSantis se retractó más tarde.
El ex vicepresidente Mike Pence también atacó a varios candidatos en sus declaraciones del sábado, criticando a los republicanos que “abrazan el lenguaje del aislacionismo y el pacifismo”.
Nombró a Trump, Ramaswamy y DeSantis como voces que “van en contra de la tradición de nuestro partido de que Estados Unidos es el líder del mundo libre”.
Los tres, que han adoptado una posición antiintervencionista en asuntos como Ucrania, condenaron enérgicamente los ataques contra Israel.
Trump dijo que “apoya ampliamente” a Israel, y añadió que los ataques “nunca volverían a ocurrir” si él llegara a la presidencia.
DeSantis pidió a Israel que responda con una “fuerza abrumadora” y dijo que EE.UU. apoya plenamente a Israel.
Ramaswami señaló que Estados Unidos está “dispuesto a proporcionar suministros militares adicionales”.
Ramaswami devolvió el golpe a Pence en comentarios publicados en las redes sociales el martes por la noche, criticando de nuevo a la ex embajadora ante la ONU Nikki Haley, quien dijo el fin de semana que los ataques a Israel eran “un ataque a EE.UU. porque los terroristas nos odian”.
Ramaswamy calificó ambas declaraciones de “históricas” y de “disparatadas e inauténticas”.
Los republicanos se han alejado de una política exterior de línea dura en la última década, lo que ha acelerado el ascenso de Trump, mientras que Pence y Haley han adoptado una postura más tradicional.